20 - 11 - 2021 / BOSQUE DE CEA

Con un día precioso, fuimos en nuestros coches con dirección Arriondas; unos kilómetros antes, a nivel de Ozanes, tomamos una desviación a la derecha hacia Llerandi. Después de cruzar el Río Piloña, con aguas mansas a este nivel y muchos patos, iniciamos el ascenso por una carretera estrecha y serpenteante; a medida que cogíamos altura, íbamos percibiendo a nuestra derecha, la silueta del Sueve con el Picu Pienzu bien visible; en los primeros tramos, y a nuestra izquierda, asomaban las cumbres nevadas de Picos de Europa. A unos seis kilómetros, en El Caleru, encontramos a la izquierda un panel informativo de la ruta, con el inicio de la misma.

Un par de días antes, dos de nosotros, habíamos hecho la ruta circular, siguiendo las instrucciones del blog visitarasturias, que nos fue de gran utilidad y queremos aprovechar desde esta página para mostrar nuestro agradecimiento. Dadas las dificultades que encontramos a nivel del río Mampodre por el barro, hoy decidimos hacer la excursión hacia el bosque de Cea, ida y vuelta.

La pista ancha y con buen firme, en leve ascenso, dejamos a la derecha la desviación hacia La Teyera y al llegar al siguiente cruce (Prau de Arriba) tomamos la desviación a la izquierda ( la del Sedu). Cuando termina el ascenso, tenemos unas vistas del concejo de Parres y del Sueve espléndidas; El trayecto llanea prácticamente y como la visibilidad es tan buena, vemos el mar con nitidez. El camino ahora empedrado, inicia un leve descenso pegado a la Peña Les Abeyes y nos fijamos en la cueva La LLorea a su abrigo. Justo a este nivel, a nuestra izquierda, hay con una impresionante cortada, donde al fondo discurre encajonado el Río Mampodre, y que a pesar de la distancia, oímos su música.

La pendiente ahora es más marcada y vamos dando vistas al bosque de Cetín, con pinos, abetos y alerces (árbol de la familia pinácea, caducifolia); esto hace que muestre una paleta de colores otoñales muy variada que va desde los distintos verdes de los árboles perennes y los naranjas, ocres, amarillos y marrones de los caducos… Y al frente la Mota Cetín, con su silueta aislada característica.

El camino se va estrechando entre avellanos y tilos hasta el cruce de El Sedu, a nivel del río, y continuamos de frente, entrando en el Bosque de Cea. Se trata de 260 hectáreas de robles y hayas espectacular: iniciamos camino con el río ahora a nuestra derecha, lleno de musgos y arroyos; al principio hay mas robles y alerces, pero a medida que vamos ascendiendo, predominan las hayas, majestuosas, con sus robustos troncos y caprichoso ramaje que sostienen aún hojas multicolores proporcionando un aspecto mágico al entorno; las que el aire arrancó, tapizan la pista con una espesa alfombra…
Y después de un ascenso suave de unos 5 kilómetros, llegamos a la collada de La Llombecina, desde donde contemplamos la Mota Cetín a la izquierda, y al frente, la campera de Fontecha con sus cabañas y praderías; a la derecha los montes de LLerandi.

Buscamos una zona abrigada, al sol y allí comimos nuestros bocadillos; todos los que hacían el retorno de la ruta circular en sentido inverso, nos avisaban del barro mostrándonos sus botas y pantalones… Pero como ya indicamos al principio, decidimos dar la vuelta por el mismo sitio.
La salida de hoy fue precipitada, teniendo en cuenta que las previsiones meteorológicas empeoraban, y acertamos; de otro modo, nos hubiéramos quedado sin la oportunidad de disfrutar de este bosque maravilloso en pleno otoño.

Finalizamos la excursión en Valles, en casa de Chus, donde nos esperaba con castañes y sidra dulce: la guinda al pastel. ¡Muchísimas gracias amiga!

 

El grupo El mar La cortada
El recorrido El bosque de Cetín Los arroyos
Hayedo de Cea La vuelta En casa de Chus