20 - 10 - 2019 / SANTA MARINA - CARANGA DE ABAJO

Entre que estos días no dejó de llover, ya aparecen las primeras nieves por las crestas de las montañas, y que muchos de los habituales están casi permanentemente de viaje, hoy el grupo era más reducido que de costumbre. Pero por suerte para los que asistimos, la lluvia se alió con nosotros y sólo nos acompañó discretamente a ratos, pudiendo disfrutar durante todo el recorrido de un hermoso paisaje otoñal, pleno de colores y vida.

Aunque salimos un poco más tarde que de costumbre, los pueblos por los que pasamos estaban tan perezosos como el tiempo que nos acompañaba. A las montañas les costaba desprenderse de la niebla que se les pegaba, y a los proacinos y quirosanos de las mantas de sus camas.

Así que, recogiendo alguna castaña y una sola seta, fuimos acercándonos al embalse de Valdemurio que, además de las estupendas vistas, estaba siendo testigo de pequeñas escaramuzas entre machos de azulones o ánades reales, por alcanzar los placeres de una hembra.
En el bar del embalse, tomamos un café y un pincho que nos supo a gloria, para después seguir hacia Caranga de Abajo donde finalizaba nuestro paseo de 12 kilómetros, no sin antes comprobar el alto grado de abandono y falta de mantenimiento de un recurso tan importante, como es la Senda del Oso para los Valles del Trubia, algo que venimos denunciando desde hace años.

A pesar de todo, completamos la jornada compartiendo los bocadillos y una sopa de ajo en la cabaña de La Pontiga en Santo Adriano.
Otra estupenda jornada entre amigos

 

Bárzana Tiempo de castañas Arroxo y Pico Gorrión entre la niebla
Coprín solitario No había más Colores del otoño
Reflejos en el agua Valdemurio Camino de Caranga de abajo