10 - 10 - 2021 / POR VALDEMURIO

Aunque salimos de casa con niebla y temperatura fresca, una vez llegamos a Santo Adriano, la niebla fué desapareciendo y un cielo azul intenso, hizo acto de presencia... Cuando nos reunimos en el emblase de Valdemurio, el día era espléndido. Dejamos nuestros coches en el aparcamiento del área recreativa y comenzamos nuestro paseo. 

El embalse, enclavado en pleno Parque Natural de Las Ubiñas - La Mesa, es utilizado por una central eléctrica. Lo atravesamos por una pasarela de madera, y el arbolado de ribera con colores otoñales, se reflejaba en él. Con un pequeño ascenso en el inicio, el recorrido trascurre paralelo al embalse por la margen opuesta al aparcamiento, quedando a nuestra izquierda, con vistas a Villaorille y la Sierra del Aramo. Dentro del embalse, un islote da cobijo a multitud de aves El paseo, a la sombra la mayor parte, es precioso. Atravesamos el pueblo de Arrojo y continuamos unos kilómetros. 

A la vuelta, la sierra del Aramo y Peñaforcada, con su pared caliza nos acompañan a nuetra derecha. Al llegar al aparcamiento, nos sorprendió la cantidad de gente que había... Cogimos nuestros coches hacia la Pontiga, donde nos esperaba un pote estupendo.

El  día precioso, el paseo maravilloso, y el reencuentro "sin mascarillas" emocionante...

 

El grupo El embalse Por la pasarela
 
El islote El recorrido Las sombras
Disfrutando del paseo Peñaforcada Con el pote

 

Del 3 al 6 - 9 - 2021 / POR PAJARES Y ALREDEDORES

 El viernes llegamos a Pajares sobre las 11 de la mañana; allí estaban esperándonos los payariegos con las llaves de la casa rural “Posada Real” (debiéndose el nombre a que, en la casa contigua según los lugareños, hizo parada en el año 1858 la reina Isabel II en su viaje a Asturias, a causa de la nieve). 

Una vez acomodamos nuestras cosas, iniciamos ruta desde el mismo pueblo de Pajares: por el camino del cementerio, entre árboles, ascendente y estrecho, hasta alcanzar la pista que fue acondicionada para dar acceso a las obras del túnel del Negrón; ancha y muy poca pendiente, nos va adentrando en el bosque: fundamentalmente de hayas, con algún roble albar, abedules, algunos tejos y sauces. Vamos cruzando arroyos y en algún punto, damos vistas al Parador de Pajares. Enseguida vemos la Peña Castiellu y dejamos a nuestra derecha, el ramal del camino de Santiago que desciende hasta San Miguel. Hicimos parada en el río para comer nuestros bocadillos y parte del grupo volvió a Pajares y el resto continuó hacia la autopista y el Negrón, para descender por la otra ladera hacia el pueblo de San Miguel. Antes de compartir mesa con una buena cena, nos dimos un baño reparador en la piscina de la posada

El sábado visitamos la cueva de Coribos en Llamazares (Valdelugueros) en la vertiente sur de la cordillera Cantábrica, donde el agua y los miles de años, se encargaron de horadar. El acceso de un kilómetro de longitud, muy pendiente y no apto para “todos los públicos", nos conduce a la entrada situada a 1.475 metros de altitud; durante el ascenso, fue acompañándonos un guía muy amable narrándonos la historia de la cueva.
El recorrido a lo largo de 700 metros, permite contemplar sus caprichosas formaciones kársticas; la guía nos iba explicando el proceso de formación de las galerías, estalactitas, coladas… y nos mostró la fluorescencia de los minerales con luz negra. Comimos en el pueblo de Tolibia, y a la vuelta, paramos en la colegiata de Arbas, pero estaba cerrada…

El domingo, con un día radiante, fuimos a primera hora a la colegiata de Arbas. Esta vez, si estaba abierta, y con la introducción de Vivi, pudimos disfrutar de esta maravilla: fue un hospital para los peregrinos que se desviaban desde León, para visitar el San Salvador en Oviedo; con el paso del tiempo desapareció el hospital y sólo quedó la iglesia. De construcción tardo-románica con tres naves y un ábside precioso; nos llamaron la atención los capiteles con motivos vegetales tan  bien conservados y sus dos portadas. ¡Una joya!
Después nos acercamos a la estación de Valgrande: unos subieron en telesilla y otros a pie hacia Cuitu Negru. Las vitas maravillosas: Las Ubiñas, La Mesa, el Valle de Valgrande , la carretera al puerto, incluso Oviedo; y hacia León: Las Tres Marias y abajo el embalse de Casares.
El descenso hacia los coches unos, y otros, hacia la cascada del Ortaligón: a través de un acceso muy pendiente con abundante vegetación, resulta espectacular.

Y por último nuestro último día, de lunes, nos acercamos al embalse de Casares en León: situado en la comarca de la comarca de la Abadía de Arbas (Tercia del Camino). Fue polémica su construcción y está ubicado en una zona preciosa. Después de un paseo, despedimos el fin de semana con una estupenda fabada en el patio de nuestro alojamiento, hecha por Tere, buenísima…

 

El grupo La ruta Peña Castiellu
Cueva de Coribos Amanecer en Pajares Colegiata de Arbas
Panorámica desde El Brañilín Cascada del Ortaligón Embalse de Casares

 

29 - 07 - 2021 / PASEO POR PAJARES

Nos encontramos en Pajares en la casa de Tere y Pepe. Allí, en el porche, nos recibieron con un café recién hecho y unas rosquillas ríquísimas! Con este comienzo, salimos del pueblo hacia la estación del tren de Pajares, por una pista ascendente e irregular. Al llegar a la estación, continuamos por  el camino que pasa por debajo de ella hasta llegar a una subestación, edificio de piedra precioso de 1924.

Por la pista de Torones, vamos dando vistas al Brañilín, Valle de Valgrande y las Ubiñas y los piornos, en plena floración, ponen la nota de color. El recorrido resulta fácil y va aumentando la vegetación a medida que nos acercamos al prau el aciu, (del acebo).

Cruzamos el río Mazariezas que baja del bosque del mismo nombre (debajo del Cellón) y llegamos a Pandoto; aquí está la cabaña de Tranquilu, donde comimos nuestros bocadillos con un vino estupendo que Pepe y Tere nos invitaron…
Y, de repente, el sol se abrió entre las nubes, y fueron sustituidos por un cielo azul intenso. La vuelta la hicimos por el mismo lugar, con mejores vistas por la luz, y en casa de nuestros amigos, repusimos la sed…

Un día precioso y que disfrutamos tanto, gracias a nuestros anfitriones payariegos: Tere, Carmen y Pepe.

 

El grupo Dejando Pajares La ruta
El río La vegetación El paisaje
Delante de la cabaña El hayedo El retorno

 

5 - 06 - 2021 / GIJÓN - LA ÑORA - LA LLOREA

Con un día de sol en una mañana fresca, nos reunimos en Gijón, junto a La Madre del emigrante, también conocida popularmente como La lloca del Rinconín; es una escultura de Ramón Muriedas en bronce, representando a la madre que espera a los hijos que se fueron al mar; fue inaugurada en 1970 con múltiples críticas porque se esperaba una escultura mas clásica. En 1976 sufrió un importante daño y no fue reparada hasta 1995 por Francisco González Macías, modificándose la inscripción del pedestal que fue sustituida por el poema Al son del agua, del poeta gijonés Alfonso Camín. En 2004 fue restaurada en su totalidad y en el 2012, necesitó reparar los daños vandálicos sobre la mano derecha.

Desde allí, siguiendo el trazado de la costa por el acantilado, llegamos a la Providencia; el mar de azul intenso, como el cielo, en calma y con la luz intensa que había, mas parecía el Mediterráneo que nuestro bravo Cantábrico…
A medida que avanzamos, vamos teniendo una vista panorámica de Gijón y su playa; el trazado, de cemento con piedras grandes e irregulares incrustadas, se nos antoja un error: irregular y caro. Pasamos por delante de la casa de Rosario Acuña y a medida que ascendemos y tomamos altura, disfrutamos del mar y su inmensidad con la playa de Peñarrubia abajo.

Mas adelante pasamos por un área de recreo con mesas y bancos y un resto del barco Castillo de Salas, hundido hace años en las costas de Gijón; siguiendo ruta, llegamos al parque de La Providencia, precioso, con unas vistas maravillosas.
La ruta continúa, con unos buenos acantilados, la playa de Estaño, y este tramo, está mucho menos transitado. Hicimos una parada para tomar un aperitivo y continuamos hasta La Ñora: la panorámica desde el otero de la playa, es espectacular…

Descendimos hasta alcanzar la arena, y después de unas cervezas bien frías, comimos nuestros bocadillos con ganas.
Por la tarde continuamos hacia La Llorea, por un camino precioso, lleno de vegetación muy frondoso, siempre al lado del río, donde el sol a penas se filtraba, y que después de un recorrido de pocos kilómetros, llegamos al campo de golf de La Llorea, donde esperamos a que los conductores, regresaran con los coches.

Por último, nos acercamos a ver el museo Asturias si yo pudiera, que Graciano Gallinar Carrio expone en Fano,una colección de monumentos en miniatura al aire libre. El autor, comenzó con las reproducciones del prerrománico asturiano, y continúo con otras obras asturianas: como el santuario de Covadonga, la virgen de La Cueva, el puente de Cangas de Onís….Incluso expone reproducciones de fuera de nuestro país: el Big Ben de Londres, La torre de Pisa, el Coliseo romano…
Hace unos años, decidió mostrar sus obras a la gente y ésta fue la razón principal por la que tuvo que constituir una Asociación sin ánimo de lucro, de la cual él es el único representante.

Al terminar, y delante de la representación de la Cueva de Covadonga, echamos una cantará para despedirnos…

 

El grupo Iniciando ruta La Providencia
Islote Contemplación La Ñora
Hacia La Llorea En el museo Representación del Coliseo

 

8 - 05 - 2021 / SAN JUAN DE LA ARENA - RANÓN - EL CASTILLO

 

 Con un día soleado, precioso, nos reunimos en el aparcamiento de la playa de Los Quebrantos en San Juan de la Arena, perteneciente al concejo de Soto del Barco; El nombre, parece ser, que se debe al barco utilizado para pasar el río de una orilla a otra, antes de que se construyese el puente de La Portilla.

Iniciamos la ruta por la playa de Los Quebrantos o del Sablón, de arenas oscuras, en la margen derecha de la desembocadura del Nalón. Aprovechando la marea baja, pasamos entre la parte inferior de su acantilado rocoso a la playa de Bayas, con la que forma en realidad una sola unidad de tres kilómetros de largo. Antes de llegar al final, tomamos una desviación a la derecha, por un camino ascendente entre eucaliptos, hacia la rasa, gozando de unas vistas espectaculares de las playas, la isla de Deva, la desembocadura del Nalón…

También, más adelante, visitamos los restos de nuestra terrible guerra civil: una zanja grande excavada en tierra, una trinchera que comunica los dos fortines de la casamata, con galerías, nidos de ametralladora, bien conservados y que resulta estremecedor… Desde un mirador de madera, distinguimos las poblaciones de La Arena, San Esteban, Muros, Somao…

Continuando, llegamos al pueblo de Ranón a lo largo de la carretera , y siguiendo su curso, llegamos hasta Barganaz, donde nos desviamos a la izquierda para tomar el camino de Santiago, a través de zona boscosa, con dos pequeños derrumbes en el recorrido (muy abandonado) y que nos dejó en la carretera que va a La Arena; con unas cervezas bien frías, comimos nuestros bocadillos junto a la playa.

Y después de un pequeño descanso y un café, nos acercamos al pueblo del Castillo, que toma el nombre del edificio emblemático de la comarca, ejemplo de la arquitectura militar de la edad media: La torre del castillo de San Martín. Se trata de una fortaleza con la misión estratégica de defender la entrada de la ría y el control del embarcadero hacia la otra orilla del Nalón. Actualmente sólo conserva la torre del homenaje y la muralla exterior con almenas. Hacia el lado oriental de la finca, se levantó a finales del siglo XIX o principios del XX, una vivienda de dos plantas (reformada recientemente) con una galería perimetral volada sobre unas finas columnas de hierro.
El pueblo de El Castillo, muy cuidado, con casas algunas muy buenas, y preciosos rincones, goza de inmejorables vistas a la ría con embarcadero incluido.

Y así terminamos una jornada de cielo azul, temperatura de verano, un precioso recorrido y, como siempre, en muy buena compañía.
Desde aquí nuestro agradecimiento a María, quien había propuesto esta excursión y que con el cumpleaños reciente, nos invitó a unos carajillos riquísimos…

 

El inicio Al abandonar el playón Playa de Bayas
Los Quebrantos Panorámica Trinchera
Abandonando Ranón San Juan de la Arena El Castillo

 

15 - 04 - 2021 / POR EL CORDAL DE LENA

Desde Pola de Lena nos dirigimos al alto de la Cobertoria, puerto de montaña situado en la Sierra del Aramo. Allí dejamos los coches y tomamos una pista que arranca a la izquierda, a los pocos metros de coger la carretera que conduce a Las Chanas.

Hicimos nuestra primera foto de grupo con Peñarueda como fondo, aunque una nube la había cubierto parcialmente. La pista ancha y en ligera pendiente al inicio, nos va proporcionando vistas al Valle de Lena a nuestra izquierda y a Quirós a la derecha, dejando atrás a nuestra espalda, el Aramo.

Después de crestear unos cuantos metros, el camino desciende hacia Lena, atravesando un bosque de hayas con los brotes color cobre, brillantes; con cantidad de musgos, arándanos y anémonas, una preciosidad...Encontramos restos de vagonetas y basuras, y enseguida una bifurcación: tomamos el camino ascendente a nuestra derecha, que nos condujo a la bocamina.

La mina Julita situada en el monte Mofusu se cerró en 1980. Posteriormente, durante un periodo de tiempo a principios de los noventa, se explotó de manera superficial, transportando el carbón por cable hasta Campomanes. Después de unos diez años de trámites administrativos y con oposición por parte de los ecologistas, la empresa Coto Minero de Lena, la reabrió en septiembre del 2017; la empresa contaba que en la cara norte del monte Mofusu quedaba mucho carbón y de buen mineral ya que se trata de hulla coquizable. Y apenas trascurridos un par de meses, se cierra de nuevo por problemas geológicos y económicos en las primeras labores. Allí quedan restos de postes, plásticos, tuberías, tolva… Es lamentable que esto se permita.

El retorno los hicimos por la ladera del Valle de Quirós. El día que había amanecido muy frío, fue abriendo y pudimos comer al sol estupendamente. El recorrido de la vuelta precioso, con vistas a Peñarueda, Puertos de Agüeria, Las Ubiñas…

Terminamos en Arrojo tomando unas cervezas en el albergue y riéndonos con Conchita

 

Con Peñarueda al fondo El inicio Las chicas
El hayedo Los arándanos Mina Julita
El retorno El Aramo al fondo En Arrojo

 

27 - 03 - 2021 / OVIEDO - BUEÑO - OLLONIEGO

 Nos reunimos en el Parque de Invierno en una mañana preciosa. Iniciamos ruta hacia La Manjoya, en fila de a dos, con atención a las bicis (este tramo es el mas concurrido de la senda) Nada mas llegar a la estación nos desviamos por la carretera que une La Manjoya con el Alto el Caleyu. 

Al llegar al puente que cruza hacia Bueño,  recibimos a Tere e Inés. Continuamos hacia Bueño, dando vistas a la sierra del Aramo con una pequeña nube en su cumbre, al Monsacro, y a toda la vega. Al llegar al mirador, nos hicimos la primera foto de grupo; y desde aquí, bajamos por una acera estupenda que hay a lo largo de la carretera  hasta llegar al valle. El paseo por Bueño, corto, nos permitó comprobar lo cuidado que está este pueblo, la cantidad de hórreos que tiene, y Vicen nos fué indicando los lugares donde tienen lugar el festival de Jazz, el cine de verano...

En la fuente de abajo, se unieron Carmen Gloria e Israel, y continuamos el recorrido por la senda que trascurre paralela al Nalón. En el puente colgante estuvimos contemplando el río que, los que somos de la cuenca minera, seguimos sorprendiéndonos de no verlo negro... La idea era comer en el área recreativa de Bueño que está al lado de la tremenda subestación de la central térmica, pero estaba precintada; así que decidimos continuar caminando hasta dejar el pueblo a través de un túnel que pasa por debajo de la autopista y llegar de este modo, a la senda fluvial del Nalón, que continúa en dirección a Olloniego. 

Al llegar al parque de Soto Rey, comimos nuestros bocadillos acomodados en unos bancos haciendo círculo, guardando las distancias como se debe... y retomamos la marcha para cruzar enseguida el Nalón. Este tramo que trascurre por la otra margen, muy cerca de la autopista al principio, es preciosa: hay cantidad de aves, vimos dos tortugas al sol en una piedra dentro del río, Manolo vió una nutria...  Aprovechando las paredes que la enmarcan en determinados tramos, la gente hace escalada y hay varias vías abiertas. La vía del tren acompaña parte del recorrido con imponentes puentes. 

Y tomamos la desviación a la derecha hacia Olloniego, donde tomamos unas cervezas mientras esperábamos el autobús, para regresar a Oviedo. Un recorrido de unos 18 Km, fácil, a pie desde nuestra casa, muy agradable

 

Inicio por el parque de Invierno El Aramo y el Monsacro Lavadero en Bueño
En el puente colgante Soto Rey El Nalón
Las tortugas El recorrido Hacia Olloniego

 

13 - 03 - 2021 / PICO LORAL

 Llegamos a San Andrés de Trubia y desde allí subimos a Castañedo del Monte por una carretera de pendiente pronunciada, curvas cerradas y paso por el pueblo estrecho; continuamos por Linares hasta llegar a la antena de un repetidor. Aquí, en la Cruz de Linares, dejamos los coches e hicimos la foto de grupo.

Empezamos a caminar por la carretera con dirección a Sograndio, y a unos 500 metros, tomamos una desviación a nuestra derecha. Se trata de una pista ganadera que seguiremos todo el recorrido. Las vistas son espectaculares: a nuestra izquierda, la Sierra del Aramo, el desfiladero de las Xanas, La Mostayal, Peña Forcada; y en cuanto vamos adquiriendo un poco de altura, el mar a nuestra derecha.

A medida que avanzamos vemos los pueblos de Serandi y Villamejín de Proaza; y más adelante, cabañas de piedras, grandes, bien conservadas en buenas fincas. Dejamos la fuente del Furacón con poco caudal y abajo el pueblo de Sograndio.La pista está bien conservada y después de un tramo de mayor pendiente, hormigonado, nos permite disfrutar de unas vistas de Oviedo muy buenas. Llegamos a un alto con una portilla, y desde allí, se dibuja la senda a media ladera del pico Piurices que nos llevará hasta Cueva Llagar. Después de una pequeña bajada, al lado de un bebedero, hicimos una parada para coger fuerzas.

Continuamos la pista hasta llegar a la loma de Cueva Llagar donde volvimos a reunirnos para hacer la foto de grupo. Si a un lado las vistas al Aramo y la Cordillera son espectaculares, al otro, no se quedan cortas: una hondonada aloja la Cueva Llagar, muy cerca una construcción de piedra refugio de pastores de planta cuadrada. y en frente el Pico Loral ; y el sendero que conduce hacia Yermes y Tameza.

En este punto nos dividimos: unos continuaron por el sendero del valle hacia Yernes; y otros subieron a Pico Loral.Para llegar al Pico se toma a la izda una pista que pasa por la fuente Cimera, hasta alcanzar la campera de LLuñeu; el ascenso al Pico es por praderías, suave, con un viento terrible, pero fácil. En el alto las vistas son espectaculares: Gijón, Oviedo, Pola de Siero, el Sueve, Soto Rivera, La Mostayal, Los Picos de Europa, El Aramo, Peña Rueda, Las Ubiñas… ¡360 grados de vistas!

El descenso lo hicimos por el mismo lugar. En la campera nos unimos los dos grupos y nos despedimos celebrando el cumpleaños de Covadonga. Una excursión fácil y preciosa. Una sensación muy agradable al reencontrarnos…

 

El grupo El inicio  Peña Forcada y el Valle de Proaza
En el horizonte, el mar Oviedo en la lejanía Con el Loral al fondo
Abajo Cueva LLagar En la cumbre El descenso

 

7 - 10 - 2020 / EXCURSIÓN POR MUNIELLOS

 

El mayor robledal de España de unas 2.695 hectáreas y uno de los mejores conservados de Europa, está integrado por los montes de Muniellos y La Viliella (Cangas de Narcea) y el monte de Valdebois (Ibias)

El monte de Muniellos perteneció a los condes de Toreno y existe documentación del siglo XVI, de la utilización de su madera, para la reparación de los barcos que regresaron de la armada invencible. Su explotación comenzó hacia 1766 para surtir de madera a las construcciones navales de la Armada Española en El Ferrol. La madera extraída, era llevada en carro de bueyes desde el monte hasta Cangas de Narcea, y desde aquí, a través del río de Narcea, trasportada al puerto de San Esteban, lo que supuso una importante inversión. Sin embargo, su madera, no resultó de la calidad esperada, porque eran árboles envejecidos, de gran altura, pero huecos, defectuosos en gran medida. La explotación de los Reales Arsenales durará algo más de veinte años; posteriormente, es el propio Conde, el que explota el bosque para otros usos.

La explotación de Muniellos se detiene a comienzos del siglo XIX y no volverá hasta mediados de siglo, haciéndose cargo la empresa Crédito Mobiliario Barcelonés. A partir de 1886 varias empresas se interesaron en la explotación, pero su interés chocaba con la carestía del trasporte (empieza a hablarse de la necesidad de construir un trasporte ferroviario, que nunca llegó a abrirse)

En 1902, se crea la Sociedad general de Explotaciones Forestales y Mineras Bosna Asturiana (por empresarios vascos, franceses y asturianos) para la explotación de madera, minas de hierro y carbón, y canteras de mármol y pizarra, así como la construcción de un ferrocarril de vía estrecha de Muniellos a Cornellana. Se construyó en Tablizas una fábrica de aserrar con tres naves: una para la producción de energía eléctrica, fraguas, tronzadoras etc; otra como depósito de maderas labradas; y en la tercera un secadero. Además había construcciones de viviendas y dos camiones de vapor, que arrastraban tres remolques cada uno, para sacar la madera de Muniellos. La Bosna Asturiana explotó el bosque hasta 1908, en la que un incendio destruyó la serrería, y la sociedad se disolvió en 1932.

En 1952 se constituye en Madrid la empresa Muniellos SA, explotándose el monte con más intensidad que nunca. Se abrieron pistas en el bosque y el empleo de camiones con motor gasolina, lo que facilitó y abarató la explotación, haciéndose una tala masiva hasta 1972. Esta empresa construyó en Tablizas una central hidroeléctrica con las aguas del río Muniellos y un aserradero con nueve máquinas. Las cortas sólo se realizaban en los meses de octubre a febrero, el resto del año se desramaban y tronzaban los troncos. La madera se utilizaba para duelas, parquet, traviesas…
Las talas realizadas fueron tan abusivas, que numerosas voces se alzan solicitando su protección, entre otros, Félix Rodríguez de la Fuente y el naturalista asturiano Ángel García Dory. Y en 1964 el Patrimonio Forestal del estado propuso un plan de repoblación. Finalmente la empresa vendió el monte Muniellos al Icona en 1973, concluyéndose definitivamente su explotación forestal y declarado Coto Nacional de Caza; desde entonces se prohibió la actividad cinegética y se protegió toda la fauna .

En 1982 el monte de Muniellos fue sometido a un régimen de protección especial y declarado Reserva Biológica Nacional, a partir de ahí se restringieron las visitas a 20 personas al día, se prohibió acampar, llevar perros, pescar, pernoctar en el bosque, etc. y hacía falta obtener una autorización para su visita.  En 1988 se amplió la reserva con la anexión de los montes de Valdebois y la Viliella. En el año 2000 se declaró Reserva de la Biosfera y Reserva Natural Integral en el ámbito del mencionado parque natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, creado ese mismo año.

A las diez de la mañana, nos reunimos en Tablizas en el centro de recepción, donde se nos díó una serie de recomendaciones. Iniciamos el recorrido atravesando el río Muniellos, y sobre piso madera adaptado, los primeros metros. Nosotros decidimos hacer la ruta del río y nada más entrar, el ambiente mágico te envuelve: árboles diversos con cantidad de líquenes,musgos y helechos,  la vegetación empezando a vestirse de colores otoñales, el agua sonando por todas las partes, restos de neblina baja entre los montes… Al llegar al siguiente puente, la pista de tierra nos marca sin lugar a pérdida, el camino.
Siempre en paralelo al río, que sorprende la cantidad de agua que lleva en esta época del año, vamos avanzando entre avellanos, arces, fresnos, humeros… observamos también, cantidad de setas. Varios puentes de madera nos permiten trasladarnos por ambas orillas.

A medida que avanzamos, el agua fluye por todos los sitios: manantiales, riachuelos, arroyos, van a unirse al río.
El último tramo, se hace mas abrupto, con pendiente más marcada, y con piedras sueltas grandes y cantidad de agua, que dificultan la subida ( el ascenso acumulado es de 900 metros)
La vegetación también cambia: el roble albar es el predominante, hay buenísimos ejemplares de hayas, y en la parte más alta: abedules, arbustos, tejos, serbales…
Al llegar a las tres cruces, tomamos dirección hacia la laguna de La Isla. Aquí hicimos parada para poder comer y disfrutar de las espléndidas vistas al valle y a la laguna de la Isla.
Las lagunas del pico La Candanosa, dan fe de su origen glaciar; se trata de cuatro escalones de agua: la primera la de La isla, y más arriba, La Honda y la Grande; hay una cuarta laguna , La Peña, mucho más pequeña, y que en verano tiene poco agua.
La vuelta, por el mismo camino, lo hicimos despacio por la dificultad del terreno, pero disfrutando de toda aquella belleza y en buena compañía…

 

El grupo El inicio del otoño Musgos y helechos
El rio Muniellos Líquenes y setas El recorrido
Las hayas El valle del robledal La laguna de La Isla

 

24 - 9 - 2020 / OVIÑANA - SAN PEDRO DE LA RIBERA- CABO VIDIO

 

Nos acercamos a Oviñana, y dejamos nuestros coches en la plaza del pueblo, junto a la iglesia y la cofradía de pescadores. Comenzamos la ruta por la carretera unos metros, hasta tomar una desviación a mano izquierda hacia el barrio de La Fueya. Continuamos hasta encontrar la senda, preciosa, que desciende hasta el pueblo de San Pedro de la Ribera, con vistas al Cantábrico, y con el sonido de los coches que pasaban por el viaducto de la autopista, muy cerca. El pueblo, muy cuidado, con varios hórreos y pajares.

La luz de septiembre, nos permitió disfrutar de la playa de San Pedro, donde aprovechamos para hacernos unas fotos. Luego reiniciamos el recorrido, por un camino estrecho, cerca de la playa, hasta la rasa costera. Desde aquí, pudimos contemplar los recortes del acantilado, con un mar azul, como el cielo, maravilloso

De vuelta en Oviñana, nos dirigimos hacia el faro Vidio, ubicado sobre el cabo del mismo nombre, y rodeado de acantilados que rondan los 100 metros de altura con numerosas playas y que la erosión del mar, fue horadando cuevas naturales en las rocas de los acantilados, destacando la ubicada bajo el faro y conocida como La Iglesiona, denominación que le viene por la gran cúpula que posee, y que pudimos contemplar en la exposición fotográfica en Casa Milio, donde tomamos nuestros bocadillos.

También se pueden ver alguna casa mariñana, construcción tradicional de Asturias, que tiene su origen en la casa terrena y está emparentada con las long houses o casas largas del arco atlántico europeo: de una sola planta, con espesos muros de piedra y cubierta a dos aguas, orientada al sur. protegiéndose del norte y oeste, de donde vienen los vientos fríos y la lluvia.

Una excursión agradable, fácil y preciosa.

 

Al inicio En San Pedro de la Ribera Volviendo hacia Oviñana
Por la rasa costera El litoral Hacia el cabo Vidio
El paisaje Contra viento y ... La Iglesiona

 

10 - 9 - 2020 / PORCÍA - VIAVÉLEZ

 

 La playa de Porcía, la playa de los islotes, en el límite de los concejos de Tapia de Casariego y El Franco, estaba preciosa; el mar azul intenso y sin oleaje, la marea bajando, lo que nos permitió ver su arena que la semana anterior no pudimos hacerlo; el día claro y calor. Son visibles los restos de un antiguo embarcadero de mineral de hierro.

Aquí nos reunimos con María Jesús y Benjamín que venían desde de Cangas de Narcea, y después de hacer la foto del pequeño grupo, nos pusimos a caminar. La senda es cómoda, ancha durante la mayor parte del trayecto y por el litoral.

Al poco de alcanzar la rasa costera, encontramos una desviación hacia la punta de La Atalaya, con punto geodésico, donde disfrutamos de unas vistas de todo el litoral preciosas.

Retomamos la senda, parándonos a contemplar las formas caprichosas que la erosión del mar, fue realizando y contemplando las pozas de aguas trasparentes cada cierto tiempo. Y maravillados por aquel espectáculo, llegamos a Cabo Blanco, destacando el color que le da nombre a la roca, lleno de cuevas en su base y agua azul turquesa.

Continuamos por la costa, alejándonos de la misma únicamente, para acercarnos hacia la carretera y continuar hasta la ermita de San Pelayo, girando de nuevo hacia el litoral, avistando la playa de Monellos. Y así continuamos por la costa hasta el mirador de Viavelez, desde donde contemplamos el emplazamiento natural, recóndito, resguardado y protegido de su puerto. Es una preciosidad: las casas pintadas de blanco, limpio, sencillo, las barcas de pescadores como de cuento. Aunque en otros tiempos, tuvo importancia en la pesca ballenera y su artillero, ahora solo se respira paz y sosiego…
Cuna de Corín Tellado, una de las autoras más leídas en lengua castellana. Aquí comimos nuestros bocadillos con unas cervezas bien frías, en la Taberna del puerto, reponiendo fuerzas, antes de acometer el regreso y del que nos gustaría resaltar la amabilidad y profesionalidad que tuvieron con nosotros.

La vuelta la hicimos por el interior hacia Valdepares, pasando junto al Palacio de Fonfría, construcción del siglo XVI, cerrada por un muro de piedra y capilla. Continuamos el recorrido entre plantaciones de maíz muy alto, encerrando el cementerio, por el que pasamos a sus puertas mas adelante.
Desde aquí continuamos hacia Cabo Blanco de nuevo para visitar los restos del castro que alojó en su día; es el mas importante de la comarca, contaba con cinco líneas de defensa y sus respectivos fosos excavados en la pizarra; tres parapetos de considerables dimensiones que aún podemos observar. Las vistas impresionan.

El retorno lo hicimos por el mismo sitio, con una luz cambiante, por el sol que se escondía a ratos entre las nubes que fueron apareciendo, y así llegamos a Porcía. Aunque el agua estaba muy fría, nos dimos un baño en sus aguas limpísimas y mansas, sin oleaje, que nos descansaron … Acabamos merendando allí mismo lo que nos había quedado, despidiéndonos de un día de paseo estupendo.

En Porcía Iniciando el paseo El mar y las rocas
El Cabo Blanco El litoral Viavélez
Palacio de Fonfría El castro La vuelta

 

3 - 9 - 2020 / BARAYO - PUERTO DE VEGA

 

Aunque este tramo de la senda naviega ya lo hicimos varias veces, y contando con el día de septiembre estupendo que amaneció, decidimos repetir. Ahora por el verano, sin programación previa, hacemos alguna escapada con poca gente, tratando de recuperar el tiempo perdido del confinamiento...

Llegamos sobre las 12 de la mañana al aparcamiento sobre la playa de Barayo. La luz resaltaba el color intenso del mar, y perfilaba los contrastes con las rocas y el verde de los prados con mucha nitidez. Los meandros caprichosos del río Barayo, antes de verter al mar sus aguas, dibujan unas eses marcadas entre juncos. La playa aún sin gente, con la mar en calma, maravillosa...

Después de nuestra obligada foto de pequeño grupo, comenzamos a caminar por la senda. La temperatura,  el paisaje, los acantilados, el mar...componían todos los ingredientes para hacernos disfrutar muchísimo.

Las flores  que otras primaveras llenaban los acantilados, esta vez, estaban sustituidas por restos de brezo morado. Las gabiotas, aprovechando las diferentes corrientes de aire, se entretenían en sus vuelos haciendo piruetas. Los acantilados, romos y suaves en algunas zonas, y picudos e irregulares en otras.

El recorrido es corto, y enseguida comenzamos a divisar Puerto de Vega. A pesar de ser un día de diario, había movimiento en los restaurantes y bares. Nosotros continuamos hasta la Iglesia, donde comimos nuestro bocadillo mirando al mar. Después de un cafetín en el puerto, retomamos el regreso, con la misma luz , pero el mar subiendo y con mas oleaje.

Decidimos ir hasta Porcía. La playa no la vimos por la pleamar, pero no nos impidió darnos un buen baño. Allí mismo, esperamos a que el sol se pusiera con unas cervezas bien frías.. Para rematar el día, una luna enorme y roja, nos iluminó el camino hasta nuestra casa.

 

Con Barayo al fondo La costa  El camino
El mar Las chicas Disfrutándolo
Puerto de Vega La vuelta Atardecer en Porcía

 

19 - 8 - 2020 / COLLADA TRASLAFUENTE (PILOÑA)

 

Con un día precioso de agosto, nos reunimos unos pocos en el área recreativa de La Pesanca en el concejo de Piloña, a donde llegamos desde Infiesto, después de atravesar Espinaredo (uno de los pueblos con más hórreos y paneras de Asturias) y Riofabar (donde la carretera se estrecha y atraviesa en curvas muy cerradas el pueblo).

Después de hacer nuestra primera foto, atravesamos el río, y comenzamos a caminar por la pista, ancha, buena, con avellanos primero y robles después. Tomamos un desvío a mano izquierda, a unos dos kilómetros aproximadamente, donde hay una pista hormigonada que vadea el río Infierno; nosotros lo cruzamos por un puente de madera.

La pista muy pendiente, hormigonada en los tramos de máximo desnivel, nos va alejando del río, adentrándonos en un bosque denso, y que aprovechamos su sombra para tomarnos un respiro; posteriormente los tramos son menos pendientes y llegamos incluso a bajar algo, para cruzar por el río La Estaquera, afluente del Infierno.

De nuevo el tramo se hace marcado, alejándonos del río que dejamos a nuestra derecha, en un bosque de diferentes tipos de árboles y con algunas hayas espectaculares. A medida que íbamos cogiendo altura, el paisaje que lo conforma nos maravilla. Y así llegamos a la majada de Cureñu, con zona amplia de pastos y alguna cabaña (sorprende el techo de losas gruesas de pizarra que las cubre). La parada se hace obligada para disfrutar el lugar.
Cruzamos la majada en diagonal ascendente, junto a una fuente, y retomamos el camino que nos conduce a un pequeño bosque de avellanos, con tejos, espineras y acebos. Finalizado este tramo, el camino, muy estrecho, nos lleva hacia La Collada, con el Pico Maoño sobresaliendo…

Un número importante de vacas, disfrutan en la Collada; cuando la alcanzamos, y de repente, nos encontramos con un mar de montañas, que como si de olas se tratasen, van sucediéndose: Peña Taranes, el cordal de Ponga, el Picu Pierzu… y al fondo, los majestuosos Picos de Europa.
La Collada Traslafuente, hace de frontera entre los concejos de Piloña y el de Ponga. Bajando hacia la fuente y abrevadero, nos dirigimos hacia la majada, donde resguardados en la sombra de una de sus cabañas, comimos nuestros bocadillos.

Antes del regreso, estuvimos contemplando de nuevo, las vistas maravillosos desde La Collada: Pico Maoño(que quedamos con ganas de hacerlo), el Tiatordos, el concejo de Ponga, el Vízcares, el Valle del Rió Infierno en Piloña, y parte de Redes…Un espectáculo que nos retenía y nos daba pena dejar…
La vuelta, la hicimos tranquilamente por el mismo sitio, con un calor tremendo, que recompensamos con unas cervezas bien frías en Infiesto.

 

En La Pesanca  Inciando ruta Las hayas
 
En la majada Cureñu El concejo de Ponga El Vízcares
La Collada Traslafuente El Tiatordos El Valle de Piloña desde la majada Traslafuente

 

30 - 7 - 2020 / POR LA BIESCONA

Ya habíamos hecho este bosque en el otoño del 2018, pero después del confinamiento, todos tenemos necesidad de airearnos… Por otra parte, las altas temperaturas de estos días, nos obligaron a realizar el recorrido por la sombra. Así que decidimos vernos en el alto del Fito. Había ya muchos coches con mucha gente, pero una vez que aparcamos, comenzamos a caminar hacia la Peña de Poares; desde aquí, pudimos disfrutar de las vistas al mar: las playas de La Espasa y de La Isla, Lastres suspendido en la ladera orientada al este con el sol iluminándola, y esa inmensidad de azul del mar …

Continuamos hasta los Arrudos con vistas a la Cordillera y Los Picos de Europa, el valle del Sella… Nuestra primera foto de grupo, aún con mascarillas, que nos recuerdan los momentos tan especiales por los que atravesamos y las medidas preventivas necesarias.
Arriba, el sol apretaba fuerte y en cuanto pudimos, nos protegimos a la sombra de un pino, para reponer fuerzas. Iniciamos el descenso hacia el hayedo de La Biescona, al inicio, con una buena representación de acebos. El camino estrecho, con pendiente marcada a tramos y zonas embarradas, nos fue adentrando en la sombra mágica de sus hayas centenarias. Los musgos, los líquenes, los troncos caídos, el silencio interrumpido por el canto de algún pájaro, nos aportó el frescor y la belleza, que la naturaleza nos aporta como nadie.... Echamos en falta el murmullo del agua del río Toya. Su cauce, seco, lo tuvimos que cruzar en un par de ocasiones; en el último cruce, la sombra de sus altos árboles, el silencio, la cantidad de troncos, impresionan…

Después de pasar los restos de la antigua mina de cobre, paramos a comer. El calor volvimos a sentirlo con intensidad, cuando reanudamos el recorrido, y abandonamos el bosque. Fuimos pensando en un baño en el mar, pero la afluencia de gente en las playas, nos lo impidió. Nos contentamos con unas cervezas en Colunga, mientras cayó un buen chaparrón, que hizo descender el termómetro diez grados, mientras allí estuvimos.
Y así terminamos un día precioso, acompañados por María Jesús y Benjamín, que esperamos hayan disfrutado.

 

El grupo con el mar al fondo Inciando ruta Dando vistas a la Cordillera
La ruta por el Sueve A la sombra  El bosque
El haya centenaria con las chicas El cauce seco del río Setas y musgos

 

21 - 6 - 2020 / RUTA VAQUEIRA

Esta ruta vaqueira comienza en Tuiza, en la braña tevergana al lado mismo de la carretera, poco antes de llegar al Puerto de San Lorenzo. Mientras los conductores llevaban los coches al alto del puerto, pudimos contemplar una vista espléndida del valle y ver los dos tipos de cabañas: las teitadas (con techo vegetal, normalmente, de escoba) y las de techo de piedra, la mayor parte mal conservadas.

Desde aquí cogimos la pista, ancha de ascenso suave a excepción del primer tramo, corto y hormigonado, dando vistas al valle, con pequeños arroyos y alguna fuente, y cantidad de flores. A medida que íbamos cogiendo altura, y dejábamos Tuiza abajo, podíamos ver la serpenteante carreta al puerto.

Al llegar a una bifurcación, tomamos el camino de la izquierda para llegar a la vega del Rebellón, a 1.150 m, con teitos (uno circular, poco habitual) y otras cabañas, de piedra o teja; una vista al valle de Teverga con la peña Sobia al fondo, nos obliga a retratarnos… Allí hay una buena majada, con una fuente de abundante agua y varias construcciones de piedra conservadas…

Retrocedimos hasta llegar al cruce donde nos habíamos desviado y continuar la pista inicial; en continuado y suave ascenso, el recorrido es fácil y precioso. Después de una pequeña parada, continuamos caminado, dejando abajo y a la izquierda la braña de Llamaraxil; así que continuamos por el camino de la derecha hacia vega Fondona, dentro de la zona denominada Tromeu , con su laguna Canalada, llena de vacas y caballos con sus crías.

El camino posterior es más estrecho y estaba embarrado; pasamos por la fuente del Teixeu y continuamos disfrutando de preciosas vistas, con acebos, hayas, y la retama en flor llenando el paisaje de amarillo…

Y después de parar a comer con unas vistas espectaculares al Valle de Teverga, al cordal de Sobia, al puerto Marabio y a la sierra del Aramo, retomamos camino y enseguida dimos vista al Puerto de San Lorenzo, donde finalizamos la ruta.  Una parada en La Plaza para calmar nuestra sed, puso el punto final a un día estupendo por tierras vaqueiras.

 

Las chicas con Arturo Tuiza y la carretera al puerto En el Rebellón
Cabañas con techo de piedra Teito El recorrido
Laguna Canalada Panorámica Llegando al Puerto San lorenzo

 

18 - 6 - 2020 / RUTA PEREGRINACIONES: OVIEDO -BENDICIÓN

Muchos son los caminos que conducen a Covadonga, y uno de los más destacados es la Ruta de las peregrinaciones, GR 105, que va desde Oviedo al Real Sitio pasando por Bendición, el Alto del Espinadal, Puente Miera, Espinaredo, Villamayor y Cangas de Onís, con final de trayecto en Covadonga. Asimismo esta ruta tiene un ramal que parte de Mieres y entronca con el camino que viene de Oviedo en un lugar conocido como La Grandota. Nosotros haremos hoy la primera etapa

Después de una semana lluviosa, hoy amaneció un buen día. Partimos desde el parque de invierno hacia San Esteban de las Cruces; hicimos una pequeña parada en la fuente del Águila (una de las pocas fuentes de sillería que quedan en Oviedo, después de la inauguración de la nueva traída de aguas desde el depósito de Pérez de la Sala en 1875, en el lugar donde ahora está el auditorio).

Siguiendo la carretera, llegamos al pueblo de Covadonga, y allí hicimos nuestra primera foto de grupo, delante de la capilla. Pocos metros más adelante, en El Calderu, cogimos una desviación a la izquierda hacia la La Grandota (424 m.) y a medida que ascendemos, con tramos de buena pendiente, vamos adquiriendo buenas vistas del Naranco y de Oviedo, y en la parte más alta, del mar azul, al fondo.

Una vez ganada la cota, se baja un poco por la otra vertiente, con vistas ahora a Olloniego y parte de las canteras de Tudela Veguín; y siguiendo por la cumbre, llegamos a La Paranza, parroquia de Siero y encrucijada entre concejos de Noreña, Langreo y Oviedo. En otro tiempo, fue un lugar de comunicación importante entre Oviedo, Siero y Langreo, que además, continuaba hacia Castilla. Aquí aprovechamos para descansar en unos bancos disfrutando de la vista hacia la Sierra del Aramo y hacernos unas fotos…

Continuamos por carril asfaltado y entramos en un camino a la derecha, ascendente, a la sombra de un túnel de avellanos, que dejaba filtrar parcialmente los rayos del sol…precioso. Y llegamos a un alto con una mesa y banco, muy oportunos, sino fuera por la cantidad de basura apilada junto a la papelera…
Continuamos cresteando, con vistas a la derecha del valle del Nalón, a Riaño y Lada, y a la izquierda, a Llanera y concejo de Siero, hasta llegar a La Pasera, perteneciente al concejo de Noreña. Ya en el siglo XIV, está definida la identidad fragmentaria del concejo: además de la villa, tiene los enclaves de La Felguera de Noreña, Serrapicón, Otero y La Pasera, todos rodeados de Siero, salvo La Pasera que también limita con Langreo.

Continuamos por camino asfaltado hasta La Bobia, con vistas a Peñamayor, y tomamos un camino a la izquierda, ascendente, para culminar en La Grandota de Hevia. Aquí volvemos a ver Oviedo, de donde partimos, Granda, Noreña, Pola de Siero, La Peña Careses , el Picu Fariu y , a lo lejos, el mar. Continuamos por un sendero estrecho con helechos y arbustos, que en su tramo último, es descendente y en pendiente marcada, hasta un camino ancho, que tomamos hacia la izquierda.

Continuando hasta el pueblo de Molleo, localidad de Siero y perteneciente a la parroquia de Hevia; se trata de un núcleo urbano con buenas casas y fincas, muy cuidadas, que al poco tiempo, nos desviamos a la derecha . Se trata de un camino ancho, entre abundante arbolado, primero de viejos robles y castaños, y más adelante, de eucaliptos, que nos llevan a un lugar abierto entre praderías. Desde aquí, divisamos la zona de Valdesoto, de Bendición y de San Juan del Coto y Areñes.

El ruido de los coches, nos indica que estamos acercándonos a la autopista, y efectivamente, muy pronto llegamos al túnel de Pedreño, por debajo de la AS-1 . Después de un tramo por carretera, tomamos un camino a la izquierda, precioso, entre vegetación abundante y humedales, hasta Bendición.
Aquí nos recogió César en su coche (y agradecimos tanto), que después de unos cuantos viajes, nos reunió a todos en El Berrón con unas cervezas frías que nos prestaron muchísimo. Los de Oviedo, volvimos en tren, como en los viejos tiempos…

 

Capilla Covadonga El inicio Vistas de Oviedo desde La Grandota
Vistas a Langreo En La Paranza Túnel de avellanos
El Valle del Nalón Recorrido desde Molleo Llegando a Bendición

 

9 - 6 - 2020 / POR LA PEÑA CARESES

 

¿Quién nos lo iba a decir? llegó un insignificante virus y sometió  a la humanidad.

Unos días después de nuestro encuentro por Valdemurio, se decreta un estado de alarma que nos obliga a encerrarnos en nuestras casas. Se suspende todo tipo de actividad laboral (que no se considera básica), los niños y adolescentes no pueden acudir a sus clases, sus padres tampoco a sus trabajos (algunos tuvieron la suerte de poder compatibilizarlo desde sus domicilios, pero otros muchos lo perdieron) y los mayores... creo que fue lo peor. Llevamos más de 27.000 muertos y, a nuestros dirigentes, les sigue costando ponerse de acuerdo...

Quizás por todo ésto,  estábamos tan deseosos de volver a reunirnos y salir a disfrutar de la naturaleza. Nuestra amiga Victoria Casielles, nos propuso una excursión a Peña Careses y así lo hicimos.

Salimos tarde, sobre las 10 y nos reunimos en Castañera. Allí dejamos los coches e iniciamos ruta por La Viona, un tramo conocido por nosotros, entre las praderías de Aveno a nuestra izquierda con Peñamayor al fondo, parando a realizar nuestra primera foto de grupo con mascarillas (que servirá de recuerdo de esta tremenda época), y llegar enseguida al túnel de la Peñuca.

Nada más salir de éste, encontramos Peña Careses a nuestra derecha, muy cerca, pero con su cara sur casi vertical, lo que nos obliga a realizar un recorrido largo y precioso, bordeándola, para poder acceder a su cumbre.

Llegamos al pueblo de Careses y a medida que avanzábamos, las vistas eran maravillosas: unas praderías bien delimitadas,distribuidas por un paisaje ondulado (que alguna decía le recordaba a La Toscana, sin los cipreses), el Monsacro, La sierra del Aramo y las Ubiñas... Por un camino en ascenso, precioso, atravesamos el bosque de La Santa y fuimos adquiriendo altura; Llegamos a la base del Picu El Castro ( que debe su nombre a un castro perteneciente a la edad de hierro) y descendimos a la Collá de atrás, viendo a nuestra izquierda, las minas de cielo abierto de fluorita.

La fluorita (espato flúor en el lenguaje comercial) es un mineral que resulta de la combinación de flúor y calcio. Se presenta en forma de bellísimos cristales de variable colorido, como pudimos contemplar en nuestra visita al Museo de Geología. Allí nos comentaron, que es fácil encontrar ejemplares de procedencia asturiana, en cualquier museo del mundo. Y en Asturias, su actividad minera, comienza al inicio del siglo XX, en La Collada, hacia 1907, coincidiendo con los desmontes realizados para las obras del ferrocarril de San Martín - Lieres – Gijón (que nunca se terminó). La implantación de esta actividad minera en otros lugares de Asturias, como Colunga, Caravia ,Ribadesella y Villabona, fue más tardía.  Después del carbón, fue la explotación asturiana más importante y la mayoría de la fluorita de España, es de esta procedencia. Además está a la cabeza de la producción de la Comunidad Europea, alcanzando el sexto lugar a nivel mundial.

Dejamos a nuestra izquierda el camino que conduce al Picu Fariu , para acometer el ascenso a La Peña, suave por praderías al incio, se hace más irregular y abrupto al final, pero enseguida llegamos a cumbre. Las vistas merecen la pena y sorprenden dada la altura (552 metros). Aunque la visibilidad no era completa, pudimos contemplar Gijón en su cara norte; y la del sur, justo abajo en cortante desnivel, las praderías de Aveno desde donde iniciamos nuestra ruta: Peñamayor, Pola de Siero, Carbayín Alto, El Berrón y Noreña, Oviedo, y como telón de fondo, y desdibujada, la Cortillera que nos separa de tierras castellanas... 

Aprovechamos para comer, en las primeras praderías del descenso, y la ruta circular, la completamos por un camino precioso hasta La cantera de Castañera, de piedra caliza, y poco después, al pueblo, donde nos despedimos, después de disfrutar de unos culinos de sidra...

Queremos agradecer a nuestra amiga Victoria, guía, anfitriona y dibujante, a la quien se debe el gráfico que indica nuestro recorrido

                                 

El grupo con mascarillas Emtrando en el túnel de la Peñuca Peña Careses
Esquema del recorrido Bosque La Santa En la cumbre
El descenso En la cantera Castañera

 

8 - 3 - 2020 / DE CARANGA A VALDEMURIO

 

 Aunque los planes eran continuar con un tramo de La Viona, debido a las lluvias de días atrás que hacían difícil el paso a través del túnel sin iluminar, decidimos cambiar el plan. Por otra parte, entre la fecha del 8 de marzo, el coronavirus y algún viaje programado, fuimos cuatro personas las que al final nos animamos.

Elegimos el recorrido desde Piedras Juntas en la senda del oso, justo antes de Caranga, hacia el embalse de Valdemurio. Este tramo de la senda, es especialmente abierto y soleado y nos acompaño un día precioso. La naturaleza está iniciando los brotes en los árboles, los ciruelos y los cerezos están en flor y multitud de violetas y otras flores silvestres, exhibían su colorido.

Como ya comentamos en alguna ocasión, este trayecto corresponde a la caja del ferrocarril de vía estrecha, puesto en servicio en 1884, para comunicar las minas y hornos altos de Quirós con los talleres de laminación de Trubia. Es por tanto cómoda y con tramos horadados en la propia roca, siempre paralelos al río, fácil y preciosa de pasear.

Enseguida llegamos al embalse de Valdemurio, también se le conoce como embalse de Quirós, enclavado en pleno Parque Natural Las Ubiñas-La Mesa, en un lugar de gran belleza. Esta presa alimenta una central hidroeléctrica en uso, cuyas obras finalizaron en 1967 y que se abastece principalmente de dos ríos: el Quirós (que lo hace directamente) y el Teverga (a través de una conducción excavada bajo la montaña, de unos 4 Km y que comienza en Azud de Oliz.

En este lugar tan precioso, tomamos un aperitivo y retomamos el camino de vuelta. Acabamos compartiendo nuestras tortillas con sidra en La Pontiga con la música del río Trubia muy a gusto.

 

                                 

Piedras Juntas Violetas Prímulas
Vara de San José  Senda hacia Quirós Embalse de Valdemurio
Ciruelo en flor La Pontiga Río Trubia

 

16 - 2 - 2020 / LA CASILLA-FUNERES-PEÑAMAYOR

 

 

Salimos en nuestros coches y nos reunimos en La Casilla, en el entorno de la Faya los Lobos, en la carretera que va desde Bimenes a Barredos. Desde aquí, iniciamos nuestro recorrido por una pista ancha, a tramos hormigonada, con visibilidad buena, viento y una temperatura agradable.
El camino es ascendente, alternándose con tramos llanos, que lo hacen muy llevadero; llegamos a Tres Picos (Pico de Raso, Pico de Caso y Pico de La Bauga) y enseguida a Campa´l Collau.

Las vistas son espléndidas: a nuestra derecha los valles del Nalón, con Peñamea, Las Ubiñas, incluso el recorte de la Sierra del Aramo; mientras que a nuestra izquierda, contemplamos los valles yerbatos y navetos, con el horizonte del mar al fondo mal definido… La sierra de Peñamayor, siempre al frente, imponente. Durante todo el trayecto, cantidad de prímulas y narcisos silvestres, pequeñinos, preciosos, inundaban el paisaje...

En la campa sobre La Peña del Hombre, la pista inicia una bajada, pasando por Fuentefría (fuente que dejamos a nuestra derecha) y termina en un grupo de cabañas, denominado La Baúa. Desde aquí, retomamos la subida, a la izda, hacia el área recreativa del Xierru Gües, para continuar hacia la Campa Gúes, donde hicimos una parada para comer.

Retomamos la ruta hacia el Pozu Funeres, donde fueron ejecutadas, entre marzo y abril de 1948, nueve militantes y parientes de militantes de izquierdas, en esta sima en la sierra de Peñamayor; otro recuerdo terrible del espanto de las guerras…
Desde aquí, continuamos el ascenso hacia la cumbre, accediendo hasta alcanzar las antenas en el Picu Tremes.

Aquí con vistas a Picos de Europa, El Sueve y El Cuera por un lado; a los valles del Nalón, Las Ubiñas, Sierra del Aramo por otro; y con una imagen poco nítida del mar y El Musel, además de Llanera y Oviedo, dimos por alcanzada nuestra meta.
El retorno, lo hicimos por las praderas hacia La Campa Gües y desde aquí, por donde habíamos venido. El sol quiso salir a saludarnos y pudimos disfrutar de una luz preciosa, para despedir el día.

 

                                 

El grupo con Las Ubilñas al fondo Iniciando el recorrido Peñamayor
Preciosa ruta  Tendríamos el mar a nuestra espalda Pozu funeres
Hacia  Peñamayor En la cumbre El descenso

 

13 y 14 - 2 - 2020 / GALICIA II : ARMENTEIRA Y PONTEVEDRA

 

 

Al día siguiente, con lluvia, nos acercamos al Monasterio de Armenteira; la primera documentación aparece en 1962 y después de diferentes avatares, con el cenobio desmoronándose (excepto la iglesia y parte del claustro) a partir de 1961, Carlos Valle-Inclán (hijo del escritor) junto con un grupo de personas, funda la asociación “Amigos de Armenteira” y se inicia la reconstrucción; en la actualidad un pequeño grupo de monjas cistercienses (a las que tuvimos la oportunidad de oírles sus cánticos). Visitamos su iglesia que destaca su austeridad, su tamaño y su grado de conservación; su crucero está cubierto por una cúpula de influencia mudéjar (única en Galicia). Por otra parte, el claustro, comenzado en la segunda mitad del siglo XVI, muestra las diferentes épocas de construcción, en la variedad de sus bóvedas.

.A pesar del día, tuvimos el valor de acometer la ruta de” La Piedra y el Agua”; antigua vereda que daba servicio a los molinos, más de treinta, que aprovechando el desnivel del terreno, sobre todo el tramo inicial, utilizaban las aguas del río Armenteira. Un espacio de agua, verdor y música que el propio río y los pájaros, se encargan de mantener. La pendiente se suaviza a medida que avanzamos hasta llegar a la Aldea Labrega, donde hay una representación en piedra, de los diferentes elementos que la constituyen. La lluvia acabó por darnos tregua, y solamente apareció al final de nuestro regreso. Con hambre, hicimos buena reposición allí mismo en al pueblo de Armenteira.

Después de un pequeño descanso, nos acercamos a Pontevedra a cenar con unos viejos y grandes amigos de Manolo con los que disfrutamos todos de una agradable velada.

Al día siguiente y para despedirnos, teníamos concertada una visita guiada por la ciudad de Pontevedra, que posee un centro histórico, que tras el de Santiago de Compostela, es el más importante de Galicia. Enclavada en el margen izquierdo del río Lérez, en un estuario, en su desembocadura en la Ría de Pontevedra. Su nombre deriva del latín “pontem veteram” en alusión al primer puente que los romanos construyeron sobre el río.

Iniciamos la ruta en la alameda, proyectada en el siglo XIX, derribando la muralla, para albergar nuevos edificios oficiales, aprovechando los terrenos de la huerta de los dominicos, después de la desamortización de Mendizábal (aún se conservan ruinas de Santo Domingo). Pasamos por la Casa Consistorial, el Palacete de los Mendoza, la real Basílica menor de Santa María la Mayor (muestra y ejemplo de la riqueza e importancia del Gremio de Mereantes), un crucero del s XVIII trasladado después de la guerra civil a la plaza de las cinco calles (donde se encuentra la casa de residencia de D. Ramón María del Valle-Inclán), la plaza de Teucro, o plaza de las semillas, rodeada de casas nobles blasonadas, el teatro principal y Liceo Casino, La casa das Campás (una de las mas antiguas, con arcos góticos), plaza de Curros Enriquez o plaza del hospital (forma parte del camino portugués a Santiago ), plaza de A Ferraría (por los talleres de forja que en sus soportales se instalaron; hay algún edificio modernista), el pequeño monumento al Loro Ravachol, en honor al famoso anarquista francés, asiduo participante de las tertulias en la rebotica de su dueño; al morir por los carnavales, en su honor se rememora su entierro cada año…) y por último el Santuario de la Virgen Peregrina (patrona de la provincia de Pontevedra y del camino Portugués; la forma de su planta, está inspirada en una concha de viera; una gran concha natural contiene el agua bendita.

Después de una comida rápida nos pusimos en ruta y dando por finalizada nuestra excursión a Galicia.

 

 

                       

Iglesia del Monasterio de Armenteira Claustro Río Armenteira
Molino  Senda de la Piedra y el Agua Ruinas de Santo Domingo Pontevedra 
Santa María  La Mayor Con Valle-Inclán Cenando con los amigos

 

11 y 12 - 2 - 2020 / GALICIA I : SANTIAGO Y PAZO RUBIANES

 

 

Salimos hacia Santiago pronto; el trayecto por carretera ahora es muy bueno y enseguida nos vimos en la ciudad. Aprovechando que nos acompañaba nuestra amiga Pitusa, que hizo de guía, hicimos nuestra primera parada en el colegio de Fonseca, construido por el arzobispo Alonso de Fonseca, sobre la que había sido su casa familiar, con la finalidad de reunir a los estudiantes que estaban dispersos… en la actualidad acoge la biblioteca General de la Universidad.

Continuamos hacia la plaza del Obradoiro, centro monumental de Santiago y que da la bienvenida a los miles de peregrinos que llegan del Camino…. Dícese que el nombre podría derivarse de los talleres de canteros que trabajaron en la fachada barroca de la Catedral.
Además de la Catedral, cierran la plaza: el parador de los Reyes Católicos (antes hospital de peregrinos), el Colegio de San Xerome (rectorado de la Universidad) y el palacio de Raxoi (Ayuntamiento).

Como llegamos con tiempo, antes de realizar la visita programada al pórtico de la Gloria, a través de la Rúa de San Francisco, hicimos una parada en la facultad de Medicina y posteriormente en la fachada de la iglesia de San Francisco y su imponente crucero.
A la hora concertada, nos acercamos a la catedral para iniciar la visita, que es la entrada occidental de la catedral románica, ideada por el genio del Maestro Mateo y considerado una obra cumbre del arte universal.
Asentado sobre una serie de animales reales y fantásticos, la Gloria del tímpano central está presidida por una imagen de Cristo en Majestad, rodeado por los cuatro evangelistas y el grupo de bienaventurados. En la parte inferior, se representan ángeles con instrumentos de la Pasión y, en la arquivolta, veinticuatro ancianos afinan sus instrumentos para tocar música celestial. El tímpano se sustenta sobre los dinteles, con la inscripción conmemorativa de su colocación en 1188 y un parteluz presidido por una imagen sedente de Santiago el mayor coronando la columna con el árbol de Jesé, la genealogía humana de Cristo que se completa con la divina en el capitel de la Trinidad.
En los laterales, se reparten una serie de estatuas-columna, con profetas a la izquierda y apóstoles a la derecha, que se continúan en la contrafachada y, también, en la desaparecida fachada exterior, de la que se conservan distintas piezas.
Los arcos laterales carecen de tímpano; en el izquierdo, de compleja interpretación, se representaría el Pueblo de Israel, en la arquivolta superior, sujeto a la ley mosaica y, en la inferior, el descenso de Cristo al limbo. En el de la derecha, se representa el Juicio Final, con las cabezas de Cristo y San Miguel en la clave, separando los bienaventurados, que son conducidos a la Gloria y los condenados, que sufren tormento.Nos llamó la atención sobre todo dos cosas: la expresión y el movimiento que este conjunto escultórico poseen, si tenemos en cuenta su fecha de ejecución… Esta obra de restauración, que hoy pudimos disfrutar, se llevó a cabo durante 10 años.

El Maestro Mateo completó la construcción de la catedral por su cierre occidental, salvando el desnivel del terreno con la construcción de una innovadora cripta, sobre la que se sitúa el Pórtico de la Gloria, cuyo mensaje se completa en la tribuna. Originalmente, el Pórtico se abría por una fachada exterior, que continuaba el programa iconográfico del conjunto y que fue modificada en el siglo XVI para colocar unas puertas que cerrasen el templo, que hasta entonces estaba abierto permanentemente; por fin, a mediados del siglo XVIII, esta fachada se sustituyó por la actual, barroca, quedando el Pórtico mutilado y encajonado tras ella.
El proyecto mateano también incluyó la construcción de un coro de piedra, que ocupó los primeros tramos de la nave central y en el que se daba continuidad al programa iconográfico del Pórtico. Este coro fue derribado en 1604 y sustituido por otro de madera, hoy también retirado de su ubicación original. Parte de este coro de piedra, tuvimos ocasión de contemplarlo posteriormente en el museo. Y desde la parte mas elevada, pudimos contemplar la plaza del Obradoiro.
Después de comer, con lluvia y muy poca gente por las calles, pudimos callejear por el casco histórico y antes de partir, entramos en un café antiguo, precioso.

Con cierta dificultad, llegamos a nuestro alojamiento: Santa María do Mar muy cerca de Sanxenxo, encima de la ría Pontevedra. Las vistas sobre la ría, el jardín y la tranquilidad, lo convierten en un lugar muy apacible, y al que llegamos siguiendo la recomendación de nuestra amiga Conchi.

Al día siguiente, hicimos una parada en la Playa de la Lanzada, de 2,5 km; desgraciadamente, se iniciaba la búsqueda de un marinero desaparecido.
Continuamos hacia el pazo de Rubianes, donde María se había encargado de concertarnos una visita para visitar las camelias. Este ajardinamiento, se inicia a finales del siglo XVII, con incrementos sucesivos durante los siglos posteriores e introducción de especies que hoy son verdaderos monumentos naturales. Pero sin duda, el jardín del Pazo de los Rubianes, es un jardín de camelias, de invierno, con mas de ochocientos ejemplares. Es la residencia del señorío de Rubianes, fundadores de Vilagarcía de Aurosa en 1441, y su jardín, ha ganado la distinción de Jardín de Excelencia Internacional de la Camelia.

Las camelias, fueron traídas por los marineros portugueses y plantadas originalmente en los jardines de los pazos y casas señoriales. Aquí nos enteramos que la Camelia Sinensis (que en latín significa de china), planta del té, es una especie de planta cuyas hojas y brotes se utilizan para elaborar el té. Con esta especie se elaboran los diferentes tipos de té, en función del grado de oxidación. La visita fue realizada de la mano de Bea, una mujer muy agradable y entusiasta que nos fue dando a conocer parte de las mas de 800 especies de camelias que alberga el jardín; además contemplamos otros monumentos naturales: jardín francés, el inglés, una zona de eucaliptos, un magnolio espléndido, un árbol alcanfor enorme con su particular fragancia, rododendros, viñedos…además del estanque de las ranas, la capilla y el interior del propio pazo. Finalizamos la visita con una degustación de sus albariños, estupendos por cierto.

Desde aquí nos trasladamos a la isla de Arosa, situada en el interior de la ría del mismo nombre y unida a tierra desde 1985, por un puente de 2 km de longitud. Tiene 36 km de costa , de los cuales , 11 son de playa con arena blanca y muy fina (declarada por la Unión Europea reserva natural). Así que como el tiempo acompañaba, aprovechamos el resto de la tarde para disfrutarla con un paseo por su litoral.

El día había sido largo; fuimos al atardecer hasta Cambados, haciendo una visita corta por la plaza de Fefiñanes, donde está el palacio que le da nombre; y que solamente paramos para hacer acopio de viandas, para poder cenar en nuestro alojamiento.

 

 

                       

Palacio Fonseca Callejeando La Lanzada
Pazo de Rubianes     
  Isla de Arosa  Cambados