Nos reunimos en Castañera (Sariego) en casa de Victoria y Pipa; aquí dejamos nuestros coches y comenzamos a andar. El camino amplio, de pendiente suave nos condujo a Miyares, donde hicimos nuestra primera foto de grupo, aprovechando el colorido de las mimosas al fondo. Según nos informa el letrero que dispuso el Ayuntamiento de Sariego, el nombre probablemente le viene del cultivo del mijo (nos sorprende, porque desconocíamos que este cereal fuese cultivado por estas tierras); el lugar, ya aparece registrado por primera vez, en el año 1133 en documentos del Monasterio de San Vicente de Oviedo. Da la impresión de un pueblo habitado y cuidado con dedicación al campo y a la ganadería.
Continuamos el ascenso, y durante unos 2,5 km, el piso está hormigonado; a medida que tomamos altura, observamos el pueblo de Miyares, rodeado de extensos y cuidados pastizales, sin nada que desentone, y lamentando que el día esté nublado, impidiendo saborear las vistas que en otras condiciones tendríamos. LLegamos a la carretera AS-331 y a los pocos metros, en al Alto de Fumarea, tomamos una desviación a la izquierda.
Cresteando damos vistas a la derecha al Valle de Peón, sin poder llegar a ver el mar, y a la izquierda, a la Vega de Sariego; el recorrido se hace por carretera, llaneando hasta las antenas. Aquí a la derecha, quedaría la Peña de los Cuatro Jueces; nosotros tomamos el camino a la izda hacia el Área recreativa Loma de Siero, alcanzando el Picu Fariu enseguida. El tiempo continuó con algún claro, pero poca visibilidad, impidiéndonos disfrutar de todas las posibilidades visuales, pero... volveremosen otra ocasión!
En el alto, pudimos comprobar, solo de manera parcial, todo su potencial; como habíamos comentado anteriormente, la visibilidad no era la mejor y el viento, nos aconsejó retornar al área recreativa de La Loma, para comer. El regreso, lo hicimos por otro camino que nos condujo al mirador que hay sobre la vega; por este sendero, ancho, precioso, protegidos por la peña, fuimos dando vistas a la cara norte de Peña Careses, totalmente diferente a la imagen mas conocida de su cara sur: el perfil bilobulado, con praderías, verde, suave, nada tiene que ver a la vista conocida rocosa y cortante de la parte opuesta.
Y llegamos a La Rimá, cuyo topónimo se explicaría al estar "arrimada" a la peña. Aquí cogimos un sendero, después de caminar unos metros por carretera, precioso, y que parte del mismo, conocíamos de nuestra excursión a Peña Careses. Y de nuevo en Castañera, pasamos al lado de la cantera, ahora cerrada y que pensamos sería buena idea, tratar de sacarle provecho (nos acordamos de la visita a las canteras de S´Hostal en Menorca, donde aprovechando su acústica, hacen conciertos)
Y terminamos el día con la acogedora compañia de nuestras anfitrionas, Victoria y Pipa, visitando su huerta y disfrutando de su gastronomía. Desde aquí queremos agradecérselo, y manifestando nuestro propósito de volver a repetir la excursión con un día con mayor visibilidad para sacarle todo su jugo...
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Iniciando ruta | El grupo con perra incluida | Miyares al fondo |
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Cresteando | LLegando al alto del Picu Fariu | Desde el mirador |
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El descenso con Peña Careses | Camino de Castañera | La cantera |
Les Payariegues organizaron una salida al Brañillín; estudiando con anticipación las previsiones metereológicas, nos citaron esta mañana en la estación. Sobre el mediodía nos dimos cita y estrenamos el nuevo telecabina. Desde allí, empezamos a disfrutar del paisaje: la nieve perfila perfectamente la altitud y dejamos atrás el valle.
Una vez arriba, hicimos la foto de grupo dando vistas a Las Ubiñas, espectaculares, con una pequeña nube envolviendo las cumbres. El día precioso, frío, con un manto de nieve reciente de esta misma noche, tapizando la anterior, el sol alumbrándonos... ¡un espectáculo!
Algunos de nosotros hicimos nuestra primera excursión en raquetas, que nos resultó mucho mas fácil de lo que esperábamos, permiténdonos el traslado sobre la nieve, helada o en polvo, sin ninguna dificultad; El recorrido por cumbre maravilloso, nada menos que con la silueta de las Tres Marías de compañía.
Otros, los habituales, aprovecharon para hacer alguna bajada en esquís; el resto, directamente al aperitivo... Nos reunimos todos para comer los callos y algo más...
Los de las raquetas bajaron a pie; otros en los remontes; esquiando el resto... y acabamos en casa de Tere y Pepe en Pajares, con el café y los bartolos que Carmen Valbuena nos trajo para celebrar su flamante jubilación. Muchísimas gracias a nuestros Payariegos por este día que nos proporcionaron tan estupendo: Carmen Bernabé, Tere González de Lena y Pepe
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Las Ubiñas | El grupo | Las Tres Marías |
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El paisaje | El paseo con raquetas | La comida |
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El descenso | Espectacular: el sol y las pistas | Atardecer en Pajares |
A pesar del frío que nos acompaña estos días, nos decidimos a dar un paseo por la senda del oso; quedamos a las 11 en Caranga de Abajo y allí dejamos los coches. Nada mas empezar, nos hicimos la foto de grupo, tomando como fondo, el valle que conduce a Teverga y nos encaminamos, senda arriba, hacia el Valle de Quirós. A penas nos cruzamos con gente, y la nieve la teníamos en las cumbres, bastante cerca.
Pasamos la zona de Peñasjuntas, atravesando algún túnel, y el cielo trataba de abrirse claros. Bien abrigados, fuimos entretenidos hablando y enseguida llegamos a la única pendiente que presenta el recorrido, para acceder al embalse, con el río abajo, a nuestra derecha. En el área recreativa situada junto al embalse de Valdemurio, tomamos nuestro tentempié.
Despés, cruzamos el embalse, para continuar por la senda, desde donde teníamos unas vistas de las peñas con la nieve reflejándose en las aguas, precioso. Despuésde un pequeño recorrido, cruzamos el río, y volvimos al área recreativa por el lado opuesto.
A medida que el día avanzaba, el cielo quedó azul y el sol nos acompañó en el regreso hacia los coches. ¡Terminamos en La Pontiga con un buen pote!
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El grupo | Iniciando ruta por la senda | Peñasjuntas |
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El río | El embalse | El área recreativa |
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El recorrido | La nieve en la peña reflejada | Dándole al pote |
Iniciamos la ruta desde el aparcamiento donde dejamos los coches, en el campo de futbol de Pola de Siero; cruzamos la carretera que conduce a Valdesoto y tomamos una desviación hacia la ruta; el recorrido trascurre paralelo a la carretera al inicio, y enseguida llegamos al puente del Romanón; se trata de un puente de piedra sobre el río Nora, de época medieval, de tres ojos, precioso, grande (con algún destrozo después de la última riada).
La ruta fácil, ancha, con firme de asfalto y, dado que los árboles están sin hojas, vimos un nido grande de velutina (avispa asiática) al poco de empezar. Nos llamó la atención un par de letreros prohibiendo el paso hacia la propiedad de una de las fincas…
Cruzamos la autopista y tomamos un camino de tierra, precioso, sembrado se hojas, ligeramente ascendente y dando vistas a nuestra izquierda, hacia Peña Careses y Picu Fariu. Unos metros después dejamos a nuestra derecha el camino que conduce a Santolaya y cuando iniciamos un ligero descenso, visitamos a nuestra izquierda la fuente del Avellano. El camino precioso, rodeado de vegetación, con suelo de tierra con los marrones y ocres de la vegetación otoñal; A nuestra derecha, damos vistas al pueblo de Santolaya y a Peñamayor al fondo.
En lugar de continuar hacia Lieres, cruzamos el río, y seguimos de vuelta por la otra margen, con el ruido de la autopista cercana… Sigue resultando un paseo precioso, fácil, y tranquilo (encontramos poquísima gente). A partir de aquí, la senda pasa de un lado y al otro del río, mediante varios puentes, con bancos y alguna seta por la orilla… Llegamos a un cruce de caminos, continuando de frente, hasta llegar de nuevo al puente Romanón.
Nos reuimos en Pola de Siero y fuimos a comer a Casa Mori en La Collada, por la carretera antigua de Pola a Gijón, donde nuestros amigos Mayú y César habían reservado (se lo agradecemos); las vistas impresionantes hacia los Picos de Europa, Peñamayor, El Aramo…
¡Y así nos despedimos del año que termina!
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Puente del Romanón | El inicio | La ruta |
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Peña Careses | Donde la fuente del Avellano | el retorno |
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Los puentes | El último tramo | La despedida |
Con un día estupendo, nos reunimos en el aparcamiento del Faro de San Juan o Faro de Avilés., situado en la punta del Castillo. Desde este lugar, podemos ver la desembocadura de la Ría de Avilés, las playas de San Juan y de Salinas, y al fondo, el Cabo Peñas y la Isla Deva.
Iniciamos ruta por el acantilado, y lo primero que vemos, es un entrante del mar, estrecho, con paredes verticales y muy altas, y que se denomina Covallonga. Continuando el camino, llegamos a Punta La Forcada, con un panorama del recorte de la costa, maravilloso. Durante el recorrido, vemos restos militares de la guerra civil.
El sendero se estrecha, por la parte mas próxima al acantilado, con bufones que percibimos por los silbidos de la mar a través de sus orificios. Y al fondo vemos la playa de Xagó y el pueblo encima.
Debemos alejarnos del mar y hacia la derecha por pista, llegamos al pueblo de Nieva, en la parte mas alta; luego descendemos por la carretera, junto a la ermita de San Juan, y algo mas adelante, bajamos a la playa por un sendero muy empinado y sombrío.
La playa de Xagó de unos dos kilómetros, forma parte del espacio protegido de la costa central, limitada por los altos acantilados; presenta un conjunto dunar de mas de 350.000 metros cuadrados de superficie y que es de los mejres conservados de Asturias.
El arenal disminuyó y deja a la vista muchísima piedra, que en otro momento, volverá a ocupar el sitio que le corresponde. Al final de la misma, comimos nuestros bocadillos; la vuelta la hicimos a través de los pasillos habilitados entre las dunas. ¡Una buena jornada!
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Covallonga | El grupo | el acanlilado |
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La costa | El recorrido | Xagó |
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La playa | Con el sol de frente | La vuelta |
Con un día precioso, nos acercamos al bosque de Montegrande, a unos 9 kilómetros de Teverga camino del puerto Ventana. Ya fuimos en varias ocasiones, pero siempre que tenemos ocasión, volvemos. Dejamos el coche en el aparcamiento, dando vistas al valle de Teverga.
A través de una pista que se abrió para unas antiguas bocaminas de carbón, prácticamente llana, iniciamos nuestro paseo; el primer tramo tiene una senda accesible para personas con minusvalías. El otoño aún está atrasado, y las hojas se mantienen la mayoría en los árboles. Únicamente, en los más expuestos al sol, comienzan a teñirse de amarillos, marrones y ocres…. El bosque, fundamentalmente de hayas cubiertas por líquenes, es la tercera masa forestal de Asturias.
Después de unos 3,5 km, bajamos al río Fundil o La Verde para cruzarlo. Y tomamos el sendero de la derecha, hacia las brañas de Las Navariegas (a la izquierda, dejamos el que conduce a la cascada del Xiblu) este tramo es estrecho, pero bien delimitado, y vamos dando vistas a nuestra derecha, al parque de Las Ubiñas-La Mesa. Y llegamos a un punto, que dejamos la desviación hacia Las Navariegas, y nosotros continuamos de frente hacia La Foceicha; a partir de este cruce, el camino se ensancha, con paredes de piedray musgo enmarcándolo, precioso.
A medida que avanzamos, vamos dando vistas a La Vil.la de Su (Villa de Sub), pequeño pueblo suspendido en la ladera de la montaña, en frente. Llegamos al pueblo de La Foceicha, y nos sorprendió la mejora que logró en poco tiempo; la mayoría de las casas, cerradas y muchas de ellas, dedicadas al turismo rural. Aquí aprovechamos para sacar mantel, y comer nuestros bocadillos en una mesa dispuesta para ello…
Retornamos por el mismo camino, y disfrutamos de un día estupendo, como siempre…
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Valle de Teverga | El inicio | Las hayas |
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La pista | En el puente sobre El Fundil | El recorrido |
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El bosque | Las chicas | Llegando a La Foceicha |
Nos encontramos en el aparcamiento del museo de las Ayalgas de Silviella. Desde aquí, fuimos caminado hasta la entrada de la central, donde teníamos concertada una visita. La central hidráulica de Miranda está situada en el concejo de Belmonte de Miranda junto al cauce del río Pigüeña; entró en funcionamiento en 1962 y cuenta con cuatro grupos generadores verticales con turbinas tipo Pelton, con una velocidad de 500 r.p.m. y 18,3 Mw de potencia bruta unitaria. Están acopladas a alternadores con una potencia de 20.250 KVA cada una y una tensión de generación de 11 KV. El caudal por grupo es de 5 metros cúbicos por segundo.
La central está dentro de la montaña (tipo caverna) situada al pie de una ladera de fuerte pendiente, y la entrada está flanqueada por dos chimeneas de ventilación en las que Vaquero Palacios talló sendos bajorrelieves con cantos rodados, que simbolizan el calor y la luz (Prometeo) y la fuerza y el movimiento (Atlas). Con nuestro guía Gonzalo, iniciamos el recorrido de esta central subterránea ubicada a una profundidad de 385 metros, organizada en cinco niveles.
Iniciamos la visita en la primera planta, donde el artista consigue perfectamente, mitigar la sensación de estar bajo tierra: colores vivos en la diferente maquinaria, paramentos revestidos de una chapa metálica y plegada con falsas ventanas iluminadas, un cuadro de colores al fondo que dan sensación de amplitud y de profundidad…Además, dejó ventanales con la roca a la vista, para recordar donde estábamos y, de este modo, apreciar mejor el ambiente conseguido
A continuación visitamos el segundo nivel: la planta de alternadores y por último la tercera, la de turbinas. Aún quedarían otras dos plantas, la de rodetes y la de desagües que no se visitan.
Y finalizamos en la sala de mandos, desde donde se tiene una panorámica de la planta de acceso estupenda. También aquí, vimos un trazado de las canalizaciones subterráneas que alimentan la central: la principal, de las aguas del río Somiedo, que se captan en la salida de la central hidráulica de La Riera (en El Covacho) mediante unos túneles revestidos de hormigón perforando la montaña, y después de dos kilómetros, recibe las aguas del río Pigüeña, continuando otros 19 kilómetros, recibiendo aporte de algunos arroyos mas; al final, se encuentra la chimenea de equilibrio y la válvula de cabecera que permite regular la presión y el flujo a la tubería forzada, de 950 metros, permitiendo que entre el agua a las turbinas a una gran velocidad… El desagüe se realiza al río Pigüeña, como a 1.500 metros (porque la central está por debajo del lecho del río) parte por tubería subterránea y parte canalizado al aire libre.
Tuvimos el privilegio de poder visitarla, y sobre todo, de contar con Gonzalo, que con una gran capacidad docente y muchísima paciencia, fue desgranando para nosotros el enigma de la electricidad y su generación.
Si tuviera que resaltar algo, diría la obra faraónica que no se ve, es decir, los kilómetros de túneles por el interior de la montaña, aprovechando además el agua que anteriormente se uso en otra central (lo contrario de la Central de Grandas de Salime, en la que el agua está embalsada, y es el recinto que contiene la maquinaria con su imponente mural, lo que impacta) Y en ambas, el resultado magnifico de la tecnología y el arte.
Después de comer, algunos visitaron el museo de las Ayalgas de Silviella, y otros hicieron caminado la ruta que trascurre paralela a la canalización del agua que se utiliza para la refrigeración en la central; y por un camino precioso, paralelo al río, entre castaños centenarios, robles, arándanos y las primeras setas, llegamos hasta la antigua central del Silviella, hoy utilizada como alojamiento rural.
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La entrada | Acceso a la central | Turbina |
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El Grupo | Vista general | Planta de alternadores |
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Sala de mandos | Canalizacion | El paseo |
Nos reunimos en Busto, donde las Escuelas. Fueron fundadas por Eduardo Pérez de la Fanosa, médico militar, que las dotó económicamente para sostenerlas. Su padre había sido anafalbeto y el médico pretendía que en Busto, la gente supiera leer y escribir... Se trata de un edificio de 1901, que forma parte del Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias. El reglamento de las escuelas, fue muy avanzado para la época: se prestaba especial atención a la higiene de sus alumnos y no estaba permitido ningún de castigo corporal.
Dejaron de dar servicio como escuela, a mediados de los años setenta. En la actualidad, y gracias a un grupo de mujeres del pueblo, se puso en marcha una biblioteca que atienden un grupo de cinco voluntarias; cuentan con unos 6.000 volúmenes provenientes de donaciones de particulares, catalogados y con mas de cuatrocientos socios... ¡Todo un ejempo!
Iniciamos la ruta desde estel ugar, se trata de un recorrido circular de unos 7 kilómetros; al poco de empezar a caminar, encontramos un cruce señalizado, que continuamos de frente; enseguida damos vista a los acantilados de Valdés y de diferentes payas. Retrocedimos hasta el cruce, de nuevo, para girar a la izquierda, para adentrarnos entre pinares y bosques de eucaliptos. Las vistas de la costa, con sus impresionantes acantilados y sus playas salvajes, impresionan...
LLegamos a las proximidades del cabo Busto con su faro; durante el recorrido, hay diferentes miradores que nos permiten recrearnos con la vista, y que además el día, nos proporcionó muy buena visibilidad... También hay carteles de pizarra, con frases alusivas y su autor... El recorrido es fácil y precioso. La última parte, la senda se adentra hacia el pueblo de Busto, alejándose de la costa.
Acabamos en el Cabo Vidío tomando nuestros bocadillos, con vistas al mar... Y como la tarde estaba estupenda, la tertulia se prolongó muy agradablemente.
Las escuelas | El inicio | El paisaje |
El Grupo | Los carteles | El recorrido |
Las playas | Los miradores | Los acantilados |
Iniciamos la jornada con un precioso dia, haciendo una pequeña caminata desde Porcia hasta Caboblanco y vuelta; en el área de Porcia y mirando al mar dimos cuenta de unos buenos bocadillos A las 2:30 llegamos a la playa del Anguileiro de Tapia para participar en geolodia 2022.
Alli nos incorporamos a un grupo en donde dos chicos jóvenes que están haciendo su tesis doctoral nos explicaron todo lo relativo a la geología de la zona de una manera muy didáctica, detallada y entretenida, utilizando numerosos y sencillos recursos didácticos. Mediante una larga cuerda con algunos nudos nos situaron en el tiempo geológico en que se depositaron los materiales de arena de cuarzo y limo (400 m. a.) - cuando esta zona se encontraba cercana al polo sur- que más tarde se deformaron y se plegaron (300 m.a.) formando la parte interna de una cordillera (y que en esa zona forma lo que los geólogos denominan antiforme de Tapia y zona de los Cabos) de la que en la actualidad podemos ver estructuras tales como pliegues, fallas, cizallamientos y formaciones subvolcanicas. que nos fueron detallando en diferentes paradas, ante la atenta mirada de numerosos bañistas que no dejaban de observar perplejos la llegada de los numerosos grupos que se formaron. También observamos la plataforma costera y la acción del agua de mar sobre esos materiales - como pequeñas estructuras circulares sobre la superficie de las rocas, denominadas tafoni, originadas por la acción de la sal marina-. Una prolija explicación durante más de dos horas y en un recorrido de unos dos km y medio que nos encantó.
Nos parece una iniciativa estupenda que las facultades de geología organicen este tipo de actividades que nos acerquen a realidades científicas tan cercanas y que nos resultan tan incomprensibles a nuestra mirada profana. En resumen un día estupendo.
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Por la costa de occidente | Los docentes | Sobre el terreno |
El Archivo Histórico de Asturias: distintas etapas
- Desde su creación en 1956 y hasta 1972, tuvo su primera sede en el palacio del Conde de Toreno, donde compartía espacio con el Instituto de Estudios Asturianos, la Biblioteca Pública de Oviedo y el Centro Coordinador de Bibliotecas; su documentación estaba constituida por protocolos notariales y Contadurías de Hipotecas.
- La segunda etapa, desde 1972 a 1999, se traslada al ala oeste del Monasterio de San Pelayo; además, a través de un Convenio establecido entre el principado de Asturias y el Ministerio de Cultura, se trasfiere la gestión del Histórico Provincial a nuestra Comunidad Autónoma, y de este modo, pudieron incorporar nuevos fondos.
- Y, por último, una tercera etapa que comienza en el año 2000 hasta el 2010, fecha en la que el Archivo Histórico se traslada al nuevo emplazamiento, la antigua Prisión Provincial de Oviedo. Se produce en este periodo, un extraordinario incremento de sus fondos documentales, tanto públicos como privados, nobiliarios, empresas… Y todos ellos, a disposición del ciudadano.
El edificio
La antigua Cárcel, donde se ubica actualmente el Archivo, comienza su construcción en 1896 y finaliza en 1905. Tiene una planta panóptica (se refiere a un tipo de arquitectura carcelaria, ideada por Jeremy Bentham a finales del siglo XVIII, para permitir al guardián, desde una torre central, observar a todos los prisioneros, recluidos en celdas individuales, sin que puedan ser observados)
El edificio, rodeado por un perímetro amurallado con cuatro torretas, está compuesto de cinco brazos de tres plantas, a modo de estrella, que salen del cuerpo central coronada de una preciosa cúpula con linterna. Además tiene un edificio anexo de planta rectangular. Se utilizó hormigón armado para su construcción.
En 1992 se trasladan los reclusos a Villabona y el edificio es rehabilitado declarándose Bien de Interés Cultural en 2003.
En la actualidad, cuenta con unas modernas instalaciones y con más de 65 kilómetros de estanterías para sus archivos.
Se han conservado cuatro celdas, como testigo de la vida carcelaria, que sufrió trasformaciones en función del número y tipo de reclusos.
Queremos agradecer desde esta página, a nuestro experto y entusiasta guía Ángel Argüelles, que nos acompañó durante la visita, todo un lujo…
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Archivo Histórico de Asturias | Cuerpo central | Celda compartida en la postguerra |
Nos reunimos en el mismo museo de Las Ayalgas de Silviella. Se ubica en una nave restaurada, que anteriormente había servido como almacén y taller de Hidroeléctrica del Cantábrico, para la construcción de la Central Hidroeléctrica de Miranda en Las Lleras a finales de los años 50; pero previamente, los talleres, habían sido utilizados en la construcción del salto de Grandas de Salime. Fue restaurado en 2018 respetando el diseño original y sus 2000 metros cuadrados albergan, además del museo propiamente dicho, el taller de restauración y la cafetería.
La colección alberga de todo: vehículos y automoción, fragua, paritorios, artilugios de tortura, maquinaria agrícola, útiles de pesca, instrumental sanitario, relojes, pesas y medidas, coches fúnebres, un piano precioso, relojes, fabricación de gaseosas y sifones…Cada una de las piezas expuestas, han sido restauradas para dejarlas en buen uso y funcionando. Nos llamó además la atención, las muestras fotográficas que se exponen en las diferentes secciones, así como, los audiovisuales explicativos de las diferentes máquinas en funcionamiento. Contamos además con el apoyo de Diego, el interlocutor que nos aportó explicaciones sobre algunos de los objetos expuestos, entusiasta y buen conocedor de la exposición. Un museo que, a nuestro entender, bien merece una visita.
Posteriormente nos dirigimos hacia la Central Hidroeléctrica de Miranda, situada a poca distancia del museo, entre Selviella y Fontoria en el concejo de Belmonte de Miranda. Construida por Hidroeléctrica del Cantábrico entre 1956 y 1962, está situada al pie de una ladera muy pendiente, excavada en la roca, pero aún así, tiene cinco niveles. Aprovecha las aguas de los ríos Somiedo y Pigüeña.
Desde el exterior, llama la atención dos bloques de hormigón a ambos lados de la entrada a la central, de 13 metros de altura que sirven como chimeneas de ventilación, y en los que Vaquero Palacios, su autor, dejó unos bajorrelieves que reproducen a Prometeo (representando el calor y la luz) y a Atlas (la fuerza y el movimiento). Un árbol impide la visión completa, una pena…
En su interior, el mismo artista, parece ser que consigue con la utilización de la iluminación artificial y el color, un cálido ambiente de trabajo, dentro de la cueva…
Y desde este lugar, cogimos la senda que, paralela al río Pigüeña y su canalización, conduce hasta Belmonte de Miranda. Se trata de un camino entre arbolado, con castaños centenarios y restos de corras, robles, abedules, muchos arándanos y variadas flores silvestres, que nos proporcionaron la sombra necesaria para el día tan caluroso
Una excursión muy completa
Museo Las Ayalgas de Silviella | La nave | Rover 10 sedan |
Pisón para la escanda | Piano Jhon Broadwood Sons | Central Hidroeléctrica de Miranda |
Iniciando ruta | Con los castaños centenarios | Río Pigüeña |
Quedamos en la playa de Verdicio para dejar uno de los coches y fuimos al aparcamiento del Cabo Peñas. Aquí iniciamos la ruta con algo de bruma que desdibujaba la nitidez de los contornos paisajísticos pero con una temperatura muy buena. Antes de iniciar ruta, echamos una ojeada hacia la costa este con la Isla de la Tortuga.
Este espacio protegido, presenta espectaculares acantilados, islotes y playas salvajes de difícil acceso, que permiten mantener un corredor migratorio importante para las aves, que se calcula, puede llegar a superar el millón de aves cada otoño…
Una vez en ruta, lo primero que vemos es la Peña y la Isla de La Gaviera, donde aprovechamos para hacernos la primera foto y más adelante, en el trayecto, la sirena del faro, una rara estructura con altavoces…
Una vez bordeado el faro, un sendero fácil nos conduce a una zona de abruptos acantilados y la playa del Sabín con su pequeño islote Agudo de Sabín. Según avanzamos vamos distinguiendo la Isla Erbosa y el pequeño islote El Bravo.
Continuamos disfrutando del recorrido por la rasa costera, con extensa vegetación arbustiva baja, ondulada, que se continuaba con el mar, hasta llegar a un antiguo edificio de telefónica, que bordeamos, por un pequeño sendero muy cerca del acantilado.
Llegados a este punto, nos alejamos momentáneamente de la costa, y tomamos la dirección hacia Ferrero por un paraje verde; a medida que el día avanzaba, la bruma iba desapareciendo y el calor aumentando. Encontramos algún grupo de caminantes son niños disfrutándolo tanto como nosotros… En la parte baja del pueblo, hay un área recreativa en una buena atalaya.
Dejando atrás el pueblo, nos encontramos un tramo de rasa costera de nuevo, con impresionantes acantilados e islotes diseminados; la primavera está en plena ebullición, y enseguida damos vista a la inmensa planicie que precede a la playa de Verdicio.
Y en la playa comimos nuestros bocadillos después de una preciosa excursión
Isla Tortuga | Las chicas | Playa e Islote de Sabín |
Isla Erbosa | Vegetacion arbustiva | El recorrido |
Hacia Ferrero | La planicie | La Playa de Verdicio |
Llegamos a Veranes a la hora acordada. Raquel, nuestra guía, nos hizo una breve presentación en el exterior aprovechando el buen día. Nada mas entrar en el edificio de recepción, tuvimos ocasión de ver un pequeño documental que nos introdujo de lleno en la Villa romana de Veranes y su entorno y que trataré de resumir a continuación.
En época romana, el tramo de la ruta de la Plata que unía la meseta con la costa asturiana, penetraba por la zona de Lugo de Llanera, donde tomaba dos direcciones: una hacia occidente y la otra hacia Gijón, y supuso un cambio muy importante para los astures; se abrieron numerosas vías de comunicación, se crearon las primeras civitas con un control administrativo y fiscal. Se iniciaron las explortaciones de oro por las cuencas de Navia y Narcea, se crearon pequeñas granjas, hubo un desarrollo agrícola... y a través de Gijón, se iniciaron rutas marítimas ..
El yacimiento mas antiguo romano en Gijón está en La Campa Torres, fundada sobre un antiguo castro; y a partir del siglo I se crea un nuevo centro de poder en el actual cerro de Santa Catalina y Cimadevilla. La Villa de Veranes se cree que fue creada en la segunda mitad del siglo I, obedeciendo a una reordenación territorial impulsada dsde Roma desde la civitas de Gijón.
En el entorno de Gijón, proliferan numerosos nucleos rurales por el Natahoyo, Veriña, Jove, Pumarín... Y también por el entorno del eje viario de la ruta de la Plata, como el caso que nos ocupa.
Como toda villa romana, La Villa romana de Veranes. se trata de una explotación agropecuaria en la que se compaginaba la residencia familiar (pars urbana) con la explotación laboral (fundus). La villa fue sufriendo distintas transformaciones desde su inicio sobre los años 284 d. C. Primero se construye una gran aula absidiada (triclinium), una piscina de agua fría (frigidarium) y tres espacios calefactados (caldarium); el horreum o granero y la cocina (culina) con su horno.
Posteriormente, sobre la primera mitad del siglo IV, se reestructuran las terrazas inferiores construyendo una galería con una puerta de acceso, un patio distribuidor que separaba la parte de servicios de la parte noble de la villa (dominus). Y al final de este mismo siglo IV d.C. se erige un gran espacio de representación del que se conservan parte de sus mosaicos, y que estaba comunicado por una escalinata dándolo un aspecto solemne...
La alimentación se basaba en productos de origen mediterráneo, aunque cada región obtenía productos de la zona. Las escavaciones realizadas proporcionaron diversos útiles relacionados con la vida del hogar, los juegos, adornos, instrumentos de caza y herramientas de uso ganadero y agrícola. Incluso monedas y restos procedentes de otras regiones del mundo romano, lo que da cuenta del vivo comercio que se mantenía en aquella época.
La Villa de Veranes. estuvo en pleno funcionamiento, por lo menos, hasta mitad o finales del siglo V. En la Edad Media, la primitiva Iglesia, aprovecha parte de sus instalaciones (triclinium) y tienen lugar enterramientos que la convierten en una necrópolis excepcional medieval cristiana por su excelente estado de conservación.
Finalizada la visita guiada con Raquel, y aprovechando el día estupendo que teníamos, nos acercamos a La Providencia para comer nuestros bocadillos, resguardándonos del fuerte nordeste. Finalizamos la jornada, con un paseo desde El Molinón hasta Deva, precioso.
La recreación del espacio de representación | El granero (horreum) | Mosaico |
Espacios calefactados (caldarium) | Por Viesques | El río |
Los Maizales | La Laboral | Deva |
Nos encontramos en Buelna. El día precioso con sol y temperaturas casi de verano. Iniciamos la caminata hacia la cueva de Cobijero, que está a la derecha de la playa del mismo nombre. Después de un pequeño ascenso, se encuentra una oquedad por la que se accede. Habíamos calculado la bajamar y una vez nos introducimos en la cueva, a los pocos metros de su inicio, el suelo es muy irregular y resbaladizo, el techo de poca altura por lo que obliga a ir doblados a tramos. Las linternas imprescindibles para caminar, nos permitieron contemplar la belleza de la cueva: de caprichosas formas, llena de estalactitas y estalagmitas de diferentes tamaños, colores verdes, ámbar, rojizos… A medida que vamos penetrando, vamos oyendo el rugir del mar con intensidad creciente. El trayecto se me hizo algo largo, quizá por lo impresionante que resulta. Pero al final nos espera una grata sorpresa: una sala ancha, de techos altos, con una especie de laguna en la que se reflejan las rocas con las mas singulares formas, tamaños y colores que se pueda imaginar, con un gran balcón abierto al mar… ¡Una maravilla! La vuelta se nos hizo, por el contrario, muy corta. Pudimos comprobar la más absoluta oscuridad cuando intencionadamente apagamos nuestras linternas. Grafitis, pinturas y otras barbaridades, también llegaron a este mágico lugar, una pena…
Después de ver la Playa del Cobijero con su arco de roca coronándola, iniciamos la ruta por la senda costera, haciendo una parada en la playa de Buelna donde tomamos un aperitivo. Todo el recorrido es espectacular: entre los montes del Cuera a nuestra izquierda y el mar y su maravillosa costa caliza, llena de islotes y pequeñas playas…
Acabamos en la playa de Vidiago y nos instalamos en un mirador sobre el mar, del camping de La Paz. Aquí mismo, y de regreso, vimos una abubilla.
La vuelta con la luz baja de la tarde que hace alargar las sombras y las playas llenas por la pleamar, fue todo un placer…
Finalizamos nuestro encuentro con unas cervezas bien frías que pusieron un broche de oro a otra estupenda jornada.
La cueva | El balcón al mar | La Playa del Cobijeru |
Los islotes | El recorrido | La costa |
La comida en la terraza | La vuelta | La playa de Buelna |
Nos reunimos en el hotel de Asociaciones en Santullano, Oviedo, para celebrar la asamblea general, con los siguientes puntos del día:
Nos despedimos con una cena muy deseada después de tanto aislamiento ...
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Durante la cena |
Nos dimos cita en el aparcamiento de La Laboral en Gijón. Dimos una vuelta por el edificio construido entre 1946 y 1956, el más grande de España, con la finalidad de albergar un orfanato minero, para formar a los niños huérfanos de padres muertos en accidentes mineros. La construcción corrió a cargo de los mejores técnicos en las diferentes especialidades: residencia, escuela, talleres, granja, instalaciones deportivas…Durante su construcción se decidió la creación de universidades laborales y, de este modo, pasó de ser un orfanato, a ser la Universidad Laboral de Gijón.
La dirección y docencia, corrió a cargo de los jesuitas, mientras que las clarisas, se encargaron de la intendencia; hasta la década de los 70 que pasó a manos del personal docente de las Universidades Laborales, y llegó a ser el Instituto de Educación secundaria más grande de España, con capacidad para más de 3.000 alumnos. Durante los años 80-90 fue prácticamente abandonado, con el deterioro correspondiente. A partir del 2.000 se inicia su rehabilitación bajo el proyecto Laboral, ciudad de la cultura.
Luis Moya lo diseñó copiando del Partenón de Atenas y con la misma intención: dar espaldas a la ciudad de Gijón, para tener que rodearlo antes de entrar y poder apreciar su magnificencia.
Recorriendo su exterior, por la parte de los talleres, nos llamó la atención una zona con unos bancos de obra hechos con recortes de azulejos que no conocíamos. Continuamos hacia el arco de ladrillos, que da entrada a la avenida de la Pecuaria junto a la antigua granja de la Universidad Laboral, hoy dependencias de la UNED. Este arco, daba entrada a la finca del II Duque de Riansares y Tarancón, hermanastro de Isabel II; a sus lados, arrancarían los muros de piedra que limitarían la propiedad; hoy se conservan parte del mismo, por el camino de los Claveles o por el camino de las Gardenias, que fue el que nosotros tomamos para adentrarnos en Somió. Después de un paseo entre las distintas fincas delimitadas, parte de ellas, con imponentes muros de piedra, llegamos a La Guía.
Acabamos tomando un aperitivo donde El Molinón, y de nuevo a Viesques, donde comimos estupendamente con prolongada sobremesa. Un día fresco, con lluvia intermitente pero que resultó muy agradable
El Grupo a la entrada | Por los jardines | Los talleres |
El recorrido | El arco | La avenida de las Gardenias |
Por el Piles | La Uned | La Laboral |
Nos encontramos en la Virgen de la Cueva, en Infiesto. El recorrido por la senda que discurre a la vera del río Marea, enmarcada por avellanos y tapizada por musgos, está llena de duendes, casitas en los árboles, setas de piedra… que la hacen mágica. Siguiendo su curso, llegamos hasta La Peridiella, estando asfaltado el último trayecto. En este punto, tomamos un camino de herradura, ascendente y magnífico hacia Beloncio, pasando por el pueblo del Vallín con buenos hórreos, y finalmente, hasta El Llano, con la Iglesia de San Pedro de Beloncio que conserva restos románicos (arco de medio punto decorado). La vuelta la hicimos por el valle, dando vistas al Sueve, pasando por Los Caneyos, y tomamos una desviación a la derecha hasta alcanzar de nuevo el tramo inicial de la senda de la que partimos.
Como en esta ocasión nos acompañaban Lope y Alejo, nietos de Mayu y César, nos hicieron una redacción de la excursión que trascribimos a continuación. Nuestro agradecimiento a su autor (Lope) que se encargó del trabajo, como hermano mayor, en representación de ambos.
Hoy hemos estado en la Peridiella (Piloña). Ha sido una ruta fácil de caminar, de unos
10 km. Ha sido bonita, ya que había muchas figuras escondidas.
A mitad de camino, hemos parado a tomar un aperitivo, antes de dirigirnos a uno de
los pueblos a los que nos conducía la ruta.
Después de pasar los pueblos, seguimos por un camino para llegar a una rampa que nos haría
descender hasta el sendero principal, que nos conduciría a la capilla.
Al llegar, sacamos los bocatas para comer.
Más tarde, decidimos ir a tomar un café antes de marcharnos todos a nuestras casas.
Fue una ruta muy entretenida, lo pasamos muy bien contando historias.
En la Virgen de la Cueva | Iniciando ruta | Los duentes |
La senda encantada | La ruta hacia Beloncio | El Vallín |
Portada de San Pedro de Beloncio | El sueve | A la vuelta |
Como venimos haciendo en los últimos tiempos, desde que el Covid se instaló en nuestras vidas, convocamos con muy poco margen para procurar que tengamos buen tiempo, al menos sin lluvia, y evitar tener que entrar en lugares cerrados.
A las diez y cuarto, cogíamos el autobús urbano hasta Sograndio. Nos acercamos hasta su iglesia, San Esteban, ubicada en un promontorio que ofrece estupendas vistas al Aramo, Oviedo y al Naranco. Esta pequeña joya prototipo del románico rural asturiano, en la que destaca su pórtico: tres arquivoltas con decorado floral, doble línea en zigzag enmarcado por un ajedrezado, que descansa sobre cuatro columnas con capiteles florales; en la parte superior diez canecillos, algunos bien conservados. También el ábside es precioso, con una pequeña ventana sobre dos pequeñas columnas y sencillos capiteles. No pudimos acceder al interior.
Iniciamos ruta por camino asfaltado al principio, con buen firme, que tras un pequeño ascenso disfrutamos de unas vistas espectaculares: la sierra de Aramo, La Mostayal y El Monsacro a nuestra izquierda ; atrás: Peñamayor, Oviedo y el Cuera; y a nuestra derecha el Naranco.
Después iniciamos un descenso hacia Feleches; cruzamos el pueblo y continuamos un tramo pendiente y sombrío hasta cruzar la autopista por debajo; después de unos metros de camino paralelo a ella, con dirección a Trubia, volvimos a cruzarla por debajo, y por una pista de tierra ancha y paralela al Nora, llegamos hasta San Pedro de Nora.
Se piensa que este templo prerrománico se construyó en la primera mitad del siglo IX; consta de tres naves, fue incendiada durante la guerra civil y la reconstrucción corrió a cargo de Menéndez Pidal en 1940; de esta misma fecha, se hace el campanario (del que no había fundamento alguno) Situada en la margen derecha del río Nora, en el municipio de Las Regueras, resulta una imagen cautivadora.
Retomamos la marcha hacia Priañes, con vistas al Nalón y al valle de Trubia, tomando altura después de un repecho fuerte al inicio, disfrutando de una panorámica de San Pedro del Nora maravillosa. Una vez en el pueblo, nos acercamos a ver los caprichosos meandros que el Nora configura en su discurrir. Comimos nuestros bocadillos en unos bancos al sol y nos acercamos hasta ver la desembocadura del Nora en el Nalón, desde un puente colgante.
La vuelta a Priañes la hicimos por una senda pegada al Nalón, con aguas claras que nos siguen sorprendiendo a los que somos de las cuencas mineras y que contrasta con la infinidad de plásticos que las diferentes crecidas, dejan enganchados a los árboles, una pena… De todos modos, el paseo por la ribera es precioso, con lugares donde la arena depositada de las diferentes riadas, cubre las barandillas de madera en gran parte… Al final, antes del ascenso al pueblo, hay unos castaños centenarios y un área recreativa.
El regreso hacia Trubia, con una parada en casa Puyo para repostar, daba por terminado un día precioso, una excursión de 18 kilómetros fácil y cómoda. Vuelta en autobús a Oviedo, un lujo…
Las que estábamos | San Esteban de Sograndio | La ruta |
Sierra del Aramo | El Naranco | Hacia Feleches |
San Pedro de Nora | Sobre los meandros | El retorno junto al Nalón |
Nos reunimos en la playa de Verdicio en la parte oriental. El día precioso, en bajamar con las rocas al aire…Después de nuestra obligada foto de grupo, iniciamos ruta paralelos al mar y lo que tenemos por delante a la vista, es un pequeño sendero por prados verdes, llano, fácil y precioso.
Después iniciamos un pequeño ascenso (el único del recorrido) hacia la rasa costera, a unos 100 metros de altura (antigua plataforma marina) que nos permite disfrutar de la espectacular costa con sus acantilados.
Pasamos por el pueblo El Ferriru y tomamos una desviación a la izquierda para volver al litoral. Es una ruta fácil y maravillosa, que además el día y la luz, hacen resaltar los vertiginosos recortes… siempre con la silueta de faro al fondo.
Y así, fuimos acercándonos al Cabo de Peñas, el punto mas al norte de Asturias. Sus acantilados de roca cuarcita de aspecto afilado y altura que sobrepasa los 100 metros, impresionan. Se trata de un espacio protegido por la importancia que tiene como hábitat de aves migratorias; también posee gran variedad de brezo. El espacio incluye playas dunares como las de Verdicio, Xagó, Ferrero… Y también la isla de La Erbosa (la mayor después de la de Deva). Su imponente faro, en funcionamiento desde 1852, se electrificó en 1946; actualmente alberga un museo de temas marinos.
Comimos en pleno saliente, esta vez sin viento, al sol, separados unos de otros (el covid cómo cambió nuestras vidas) disfrutando de la vista al mar, incluso, intuyendo el recorte de Los Picos de Europa con la nieve…
La vuelta, después de rodear el cabo, la hicimos por el mismo sitio. Despedimos el día con un café bien caliente y entonando:
Soi de Verdiciu, nací a la vera del cabu Peñes xunto la mar
Nun hai tocinos na mio panera, pero hai gabitos au los colgar
En la playa de Verdicio | Iniciando ruta | La rasa |
Los acantilados | Disfrutándolo | La isla La Erbosa |
Como si estuvíesemos enfadados | Costa hacia Luanco | La vuelta |
Después de varios días de lluvias mantenidas que ocasionaron argayos, inundaciones y algún desbordamiento de ríos, la previsión meteorológica anunciaba domingo con sol. La convocatoria la hicimos inmediata y amaneció un día precioso, con niebla matutina cuando iniciamos la ruta desde el parque de invierno hacia La Manjoya. Aquí, tomamos la desviación a la izquierda y desde la zona urbanizada, accedimos al bosque de La Zoreda. El tramo estaba en buenas condiciones, sin demasiado barro, y llegamos a la zona de los antiguos polvorines. En la actualidad, abandonados con pintadas y maleza… Incluso encontramos un vertedero con basura, una pena.
Abandonamos el bosque y nos encaminamos por carretera hacia Picullanza; el recorrido por carretera ascendente, con muy poco tráfico, da vistas a la sierra del Aramo, Monsacro y al valle de Soto de Rey. Al llegar a la Pereda, nos desviamos a la derecha para ver la Iglesia de San Martín: edificio románico del siglo XII, destacando su portada principal, y su esbelta espadaña.
Continuamos por la carretera y enseguida llegamos a Picullanza, núcleo perteneciente a Ribera de Arriba y cruce de caminos entre Oviedo, La Manzaneda, Soto de Rey y La Manjoya. Desde aquí tomamos la carretera que conduce a La Manzaneda y que aprovechamos el tramo descendente hasta la altura que se encuentra el Centro Reto, donde nos desviamos para bajar por el tramo de camino de Santiago, precioso, dando vistas al Nalón con La Manzaneda a nuestra izquierda y a Olloniego a la derecha.
Y llegamos al Portazgo junto al río Nalón, testigo de la época en la que las mercancías tenían que pagar un impuesto para cruzar el río; aún permanece un pequeño edificio donde se debía pagar el real portazgo, equivalente a la décima parte del valor importado, ley que se mantuvo hasta 1881.
El puente actual que cruza el Nalón (anteriormente existieron varios de madera) comienza a construirse en 1778 según el proyecto del cántabro Marcos de Vierna, aunque es el asturianos Manuel Reguera quien lo finaliza en 1785. Aún existe un mojón o leguario que señala la distancia que separa al caminante de la capital: una legua y media
Una vez cruzamos este robusto y largo puente, tomamos una desviación a la izquierda para continuar por una senda a la orilla del Nalón, que baja crecido después de tantas lluvias. Y así fuimos caminando con un día espléndido, hasta un área recreativa preciosa, justo antes de empezar el polígono industrial Olloniego II. Solos en todo el espacio, comimos nuestros bocadillos, después de un café, continuamos hacia Tudela Veguín, siempre al lado del río.
La vuelta la hicimos en autobús urbano a Oviedo, estupendamente.
Saliendo con niebla | El grupo | Bosque La Zoreda |
Sierra del Aramo | Portada San Martín | Hacia Picullanza |
Bajando hacia el Valle del Nalón | El leguario | Hacia Tudela de Veguín |
Con un día precioso, fuimos en nuestros coches con dirección Arriondas; unos kilómetros antes, a nivel de Ozanes, tomamos una desviación a la derecha hacia Llerandi. Después de cruzar el Río Piloña, con aguas mansas a este nivel y muchos patos, iniciamos el ascenso por una carretera estrecha y serpenteante; a medida que cogíamos altura, íbamos percibiendo a nuestra derecha, la silueta del Sueve con el Picu Pienzu bien visible; en los primeros tramos, y a nuestra izquierda, asomaban las cumbres nevadas de Picos de Europa. A unos seis kilómetros, en El Caleru, encontramos a la izquierda un panel informativo de la ruta, con el inicio de la misma.
Un par de días antes, dos de nosotros, habíamos hecho la ruta circular, siguiendo las instrucciones del blog visitarasturias, que nos fue de gran utilidad y queremos aprovechar desde esta página para mostrar nuestro agradecimiento. Dadas las dificultades que encontramos a nivel del río Mampodre por el barro, hoy decidimos hacer la excursión hacia el bosque de Cea, ida y vuelta.
La pista ancha y con buen firme, en leve ascenso, dejamos a la derecha la desviación hacia La Teyera y al llegar al siguiente cruce (Prau de Arriba) tomamos la desviación a la izquierda ( la del Sedu). Cuando termina el ascenso, tenemos unas vistas del concejo de Parres y del Sueve espléndidas; El trayecto llanea prácticamente y como la visibilidad es tan buena, vemos el mar con nitidez. El camino ahora empedrado, inicia un leve descenso pegado a la Peña Les Abeyes y nos fijamos en la cueva La LLorea a su abrigo. Justo a este nivel, a nuestra izquierda, hay con una impresionante cortada, donde al fondo discurre encajonado el Río Mampodre, y que a pesar de la distancia, oímos su música.
La pendiente ahora es más marcada y vamos dando vistas al bosque de Cetín, con pinos, abetos y alerces (árbol de la familia pinácea, caducifolia); esto hace que muestre una paleta de colores otoñales muy variada que va desde los distintos verdes de los árboles perennes y los naranjas, ocres, amarillos y marrones de los caducos… Y al frente la Mota Cetín, con su silueta aislada característica.
El camino se va estrechando entre avellanos y tilos hasta el cruce de El Sedu, a nivel del río, y continuamos de frente, entrando en el Bosque de Cea. Se trata de 260 hectáreas de robles y hayas espectacular: iniciamos camino con el río ahora a nuestra derecha, lleno de musgos y arroyos; al principio hay mas robles y alerces, pero a medida que vamos ascendiendo, predominan las hayas, majestuosas, con sus robustos troncos y caprichoso ramaje que sostienen aún hojas multicolores proporcionando un aspecto mágico al entorno; las que el aire arrancó, tapizan la pista con una espesa alfombra…
Y después de un ascenso suave de unos 5 kilómetros, llegamos a la collada de La Llombecina, desde donde contemplamos la Mota Cetín a la izquierda, y al frente, la campera de Fontecha con sus cabañas y praderías; a la derecha los montes de LLerandi.
Buscamos una zona abrigada, al sol y allí comimos nuestros bocadillos; todos los que hacían el retorno de la ruta circular en sentido inverso, nos avisaban del barro mostrándonos sus botas y pantalones… Pero como ya indicamos al principio, decidimos dar la vuelta por el mismo sitio.
La salida de hoy fue precipitada, teniendo en cuenta que las previsiones meteorológicas empeoraban, y acertamos; de otro modo, nos hubiéramos quedado sin la oportunidad de disfrutar de este bosque maravilloso en pleno otoño.
Finalizamos la excursión en Valles, en casa de Chus, donde nos esperaba con castañes y sidra dulce: la guinda al pastel. ¡Muchísimas gracias amiga!
El grupo | El mar | La cortada |
El recorrido | El bosque de Cetín | Los arroyos |
Hayedo de Cea | La vuelta | En casa de Chus |