Los coches los dejamos en el aparcamiento que hay en Entrago. La Peña Sobia, aún estaba cubierta parcialmente por la niebla, mientras que la que está en frente, Peña Gradura, ya estaba prácticamente despejada. Nos reunimos para tomar un café antes de comenzar a caminar.
Esta senda del oso, corresponde a una antigua vía de tren, que se utilizó para trasportar hierro y carbón entre 1900 y 1963. A partir de esta fecha, el transporte de los materiales extraídos por la zona, se empezaron a bajar por carretera en camiones, por lo que las locomotoras de vapor, dejaron de funcionar.
A partir de 1995, este trayecto fue rehabilitado y empezó a ser utilizado por ciclistas y senderistas. Esta vía verde, debe su nombre a dos osas asturianas, Paca y Tola, que desde 1996 ocuparon un monte cercado pegado a esta senda. Después de la muerte de Paca, fue sustituida por Moli en 2018.
Iniciamos el recorrido con una temperatura muy agradable; encontramos a nuestra derecha un artesanal puente de madera, sobre la estructura del antiguo; y enseguida encontramos el primer túnel. Uno se siente diminuto al contemplar la verticalidad de las montañas que conforman el desfiladero de Valdecerazales. A nuestra derecha, la Sobia, desperezándose de la niebla, y a nuestra izquierda, los escaladores trepando por las paredes con sus cuerdas y arneses…
Esta parte de la senda, trascurre siempre paralela al río Teverga, que nos parece baja crecido para la época del año que nos encontramos, con la música constante que deja a su paso: adagios en ocasiones y en otras allegrettos. Y de este modo, entre pozas y cascadas, vamos contemplando su discurrir…
Se van pasando por diferentes túneles, bien iluminados. Encontramos algunos pequeños grupos de ciclistas. Los pájaros, también colaboraban con sus notas en la puesta de escena: no puede resultar mas relajante y preciosa…
Los muros de piedra que conformaban la antigua caja del ferrocarril, están llenas de musgos, helechos, flores y alguna fuente de mínimo caudal. Hicimos alguna parada para contemplar la belleza del lugar y tomar un aperitivo. Hasta Caranga, bajamos siempre junto al río Teverga; a partir de este lugar, el río Teverga se une al de Quirós, y pasa a denominarse Río Trubia.
Y llegamos al desfiladero de Peñas Juntas, otro de los tramos mas impresionantes de la senda, donde las paredes que conformaron la erosión producida por el río, casi se unen… Por aquí habíamos dejado uno de los coches, que permitió trasportar a los conductores de nuevo a Teverga, para que luego, todos juntos, nos reuniésemos en La Pontiga alrededor de la mesa…
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Peña Gradura | El puente de madera | Peña Sobia |
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La verticalidad | El recorrido y los túneles | El río Teverga |
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Las flores en la piedra | Las fuente | La comida en La Pontiga |
Besullo, aldea del concejo de Cangas de Narcea, lugar de nacimiento de Alejandro Casona. Poblada desde hace miles de años, con la presencia posterior de pésicos y romanos, alcanzó un importante desarrollo industrial en el siglo XIX.
En el centro de Recepción de visitantes, nos esperaba Julio nuestro guía, que junto con otro grupo de Salamanca, nos introdujo en la vida y la historia de este pueblo.
Iniciamos el recorrido, delante de un antiguo ejemplar de hórreo: construido con madera de castaño sobre cuatro pegollos, sin clavos (preparado para poder montarlo y desmontarlo) y con pizarra en el techo (hasta hace poco, techumbre vegetal). Todos ellos rematados con el moño, una piedra de forma piramidal, a la que los antepasados daban un valor un tanto sobrenatural, para proteger la cosecha. A partir del siglo XVII, con la aparición del maíz, el hórreo evoluciona, aumentando su tamaño y haciéndose de planta rectangular. de este modo los pegollos pasan a ser de seis o más, y la cubierta se remata con una viga cumbrera (y dos moños) , manteniéndose a cuatro aguas y denominándose panera; en el siglo XVIII, se incorporan los corredores exteriores.
Continuamos el recorrido delante de la Iglesia de San Martín, heredera de una antigua abadía benedictina perteneciente al Monasterio de San Martín, que no pudimos visitarla. Hay una placa en los jardines de la iglesia, como homenaje a los maestros de la república asesinados en el 36, naturales del lugar.
Y es que en Besullo, hay una estrecha relación con el magisterio, el protestantismo y Fliedner. Y de hecho, el pueblo de Besullo ha sido, desde el siglo XIX, una referencia de respeto y tolerancia religiosa, basados en la educación y la cultura.
Federico Fliedner, es un teólogo, pastor, misionero, filántropo, periodista, editor, escritor y poeta protestante reformado. En 1870, al año siguiente de promulgarse la libertad de cultos en nuestro país, viaja a España, enviado como misionero de la Iglesia Evangélica Alemana, estableciéndose en Madrid. Aprende español, estudia medicina y comienza a viajar por provincias, fundando una escuela en cada congregación para elevar el nivel cultural de los protestantes españoles. Contactó con los líderes y obreros presentes en la capital y se dispuso a cumplir con diligencia el encargo recibido. La situación que encontró denotaba un significativo avance del movimiento evangélico en Madrid. En 1873, fundó la Librería Nacional y Extranjera, una editorial de amplio fondo con obras literarias, libros de texto y publicaciones periódicas. Tuvo una familia numerosa con su esposa escocesa, Juana Brown, que fue una colaboradora ejemplar. Se crearon escuelas primarias en varios núcleos rurales, y escuelas secundarias mas avanzadas, para terminar en el Colegio el Porvenir, donde se impartía educación superior y el acceso a la universidad
Continuando nuestra vista, pasamos por delante de la casa de Xuacón, Don Manuel Rodríguez, construida en 1830 y donde se fundó en 1871, la primera comunidad de protestante de Asturias. Este hombre, agricultor, conoció el evangelio leyendo la biblia de su cuñado Antonio Rodríguez, que había sido enviado como pastor a Valladolid por Armtrong (uno de los colaboradores protestantes en Madrid). Y fue así como en una esquina de la Casa de Xuacón, su mujer Joaquina Rodríguez, maestra titulada, abrió una Escuela Evangélica, que permaneció abierta tras la guerra civil, hasta que se construyó la Escuela Nacional (donde en la actualidad, se encuentra el Centro de Recepción de visitantes). No se sabe cuando la visitó Fliedner por primera vez, pero la relación fue muy estrecha, dado que el sostenimiento de la escuela, a lo largo de varias generaciones, dependió directamente de su fundación. La labor educativa impulsada por la pequeña congregación de Besullo no se limitó a la escolarización de niños y adultos. La aceptación del evangelio y la ayuda de la Obra Fliedner despertaron entre los besullenses un afán extraordinario por dotar a sus hijos e hijas de estudios superiores. Y, fue así como, salieron importantes colaboradores y se formaron ilustres y reconocidas personalidades: Marina Rodríguez, sobrina de Manuel Rodríguez, se convirtió en 1900, en la primera mujer licenciada en Farmacia de España; Lorenzo Rodríguez castellanos, creador de la biblioteca de Cangas de Narcea…
Y seguimos nuestro paseo, hasta llegar a la Casona, la casa de los Llano-Florez: construido en 1897, y destruida por un incendio en 2006. Ocupa el solar que con anterioridad, en el siglo XVI, tenía la casa solariega de la familia. De entonces, solo se conserva la capilla. Se cuenta que a mediados del XVIII, Pedro del Llano Florez, viendo cercana su muerte, mandó desmontar partes del recinto amurallado de su casa, para colaborar en la reconstrucción del Monasterio de Corias que había sido destruido por un incendio…Un siglo después, Lorenzo su nieto, derriba lo que quedaba, para hacer lo que fue el edificio al que ahora vemos sus ruinas. Y a principios del siglo XX, alberga en sus bajos, la escuela de Besullo, donde vinieron destinados como maestros, los padres de Casona. Y es aquí arrancan los recuerdos y fantasías infantiles de Alejandro.
Aunque su casa natal, está muy cerca de la Casona, donde nació en 1903, que era la casa de su abuelos paternos, una casa mucho mas pequeña pero muy bella. Su bisabuelo, fue uno de los trece ferreiros que fundaron La Sociedad Industrial de Besullo.Todos sus hermanos y hermanas fueron maestros, aunque algunos de ellos cursaron además, otros estudios.
Y tomamos un camino descendente hacia el río para visitar el Mazu D´Abaxu , antigua tradición romana, el último que queda de los cuatro grandes mazos que había y mas de veinte fraguas particulares. El tramo final, paralelo al río, precioso.
Nuestro guía, nos fue explicando los distintos elementos que lo componen: la presa que capta el agua del río Pomar unos 400 metros arriba, para almacenarla en el banzao que será la que mueva las ruedas hidráulicas que hacen girar los ejes; las pértigas y mazas, a través de las palancas que tiran de los tapones para permitir el paso del agua, las barquineras (los fuelles que avivan las brasas, y que nos llamó la atención porque son dos, y de este modo, el aire es continuo, no intermitente) y por último el mazo, un martillo enorme de unos 300 kilos, que golpea rítmicamente sobre el yunque, donde se deposita el hierro incandescente, para darle la forma requerida.
Mientras descendíamos hacia el mazo, Julio nos mostró la capilla de las Veigas, festividad celebra todo el pueblo cada 15 de agosto; y al día siguiente, la verbena de La Magdalena, cuya ermita se encuentra en un risco, a cuyos pies se encuentran restos de un antiguo castro.
Comimos en el bar El Trasgu, coincidiendo con el otro grupo de Salamanca que nos acompañó durante la visita; al finalizar alguna cantará cayó…
Y para bajar la comida, fuimos dando un paseo por la ruta del Pomar de las Montañas; se trata de un camino fácil, a través de una pista forestal, siguiendo el curso del río Pomar, hasta llegar a un núcleo de turismo rural. Un paseo fácil, bajo la sombra de castaños, abedules y con el arrullo del río y los cánticos de los pájaros, durante todo el recorrido.
Acabamos en Cangas de Narcea, comiendo un exquisito helado
No queremos omitir una pequeña reseña de Alejandro Casona: dramaturgo, nació en Besullo en 1903. Su nombre de pila es Alejandro Rodríguez Álvarez. Era el tercero de los cinco hijos de una familia de maestros. Estudió en Gijón y Murcia y se graduó en Magisterio en 1926.
Al igual que sus padres y hermanos, fue maestro y tuvo su primer destino en el valle de Arán en 1928.A partir de 1931, abandona los Pirineos para pasar a Madrid, destinado a la Inspección Provincial; no obstante, pronto pasará a dirigir un teatro itinerante conocido con el nombre de Teatro del Pueblo, dependiente de las Misiones Pedagógicas. Durante 1934, las Misiones Pedagógicas se extendieron a toda España. La actividad de estas misiones se vio recompensada por la gran acogida que tuvo el teatro clásico por parte de la población rural.
En 1934 recibió el premio de teatro Lope de Vega por su obra La sirena varada. En 1937, en plena Guerra Civil, sale de España hacia el exilio. Antes de marcharse al exilio ya era un dramaturgo de fama. Se traslada primero a México y luego se va a Argentina, donde vivirá hasta su regreso a España en 1963. Murió en 1965 en Madrid.
Las obras de Alejandro Casona combinan los juegos entre realidad y sueño de base. Sus obras muestran, además de gran maestría técnica, un idealismo elevado y un profundo lirismo. Además, realizó múltiples guiones, poesía, ensayo y algún teatro para niños.
Casona sigue en el exilio su obra de dramaturgo sin romper la línea temática ni estilística de sus obras anteriores a la Guerra Civil. En 1962, regresa a España y se abre una serie de representaciones de su teatro que es descubierto por el público. Durante tres años, “tres años de festival de Casona”, el público aplaudirá entusiasmado un teatro que le llega con retraso y que tiene una temática que no tiene nada que ver con el teatro de los años 50 a 60, con el teatro “de la realidad sociopolítica española”, un teatro que ya es historia. Los críticos lo censuran de escapista de la circunstancia histórica española. Para ellos el teatro de Casona es demasiado fantástico. Pero es un teatro que en su tiempo fue renovador: No soy escapista, que cierra los ojos a la realidad actual española. Lo que ocurre es que no considero como realidad solamente la angustia, la desesperación y el sexo. Creo que el sueño es otra realidad tan real como la vigilia
Nuestro agradecimiento a julio, nuestro guía. ¡Un día bien aprovechado!
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Hórreo | Casa de Xuacón | La casona |
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Casa natal de Alejandro Casona | Paseo hacia el Mazo | Mazu D´Abaxu |
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Capilla Virgen de las Veigas | Ruta del Pomar de las Montañas | Homenaje por el centenario del dramaturgo |
Salimos rumbo a Gormaz: desde lejos, divisamos la silueta de la espectacular fortaleza sobre un cerro elevado y alargado. Se trata de una fortaleza califal, con 1200 metros de perímetro, la mayor de Europa de época medieval. Sus excelentes condiciones de visibilidad permitían controlar una de las rutas de acceso hacia el norte y el río Duero fue una de las posiciones estratégicas más codiciadas por musulmanes y cristianos durante los siglos IX y X. Lugar, por tanto, de luchas continuas y será a partir de 1060 cuando queda definitivamente en manos cristianas con la conquista de Fernando I de León. Y después de esta fecha, se funda el pueblo de Gormaz, a los pies del castillo, y será el centro de la Comunidad de Villa y Tierra de Gormaz. Las vistas que nos proporcionan desde su ubicación, son excepcionales: campos multicolores con los diferentes sembrados, rodeado de la silueta serpenteante que los caprichosos meandros de río Duero va conformando.
También enclavada en la ladera sur del castillo, se encuentra la Ermita de San Miguel construida entre finales del siglo XI, cuando la pérdida del poder de los musulmanes en la zona, propicia estos asentamientos. Es de destacar la mezcla de culturas que alberga y las excepcionales pinturas románicas.
Posteriormente nos dirigimos a San Baudelio de Berlanga, se ubica en un paraje aislado a escasos dos kilómetros al sureste de la pequeña localidad soriana de Casillas de Berlanga, en medio de la nada. La primera impresión una pequeña edificación de dos pequeños cubos, no puedes imaginar lo que esconde. Su origen, aunque la mención contrastada es de 1135, posiblemente sea anterior, porque desde el interior conserva una pequeña cueva, en relación con un posible eremita de época visigoda. Se la denomina como la capilla Sixtina mozárabe. Aunque fue declarada en 1917 Monumento Nacional, muchas de sus singulares pinturas románicas, fueron vendidas por los vecinos y se encuentran dispersas entre el Museo del Prado de Madrid y distintas pinacotecas estadounidenses. Las pinturas bajas se caracterizan por representar escenas profanas, mientras que las que ocupan la parte superior, representarían escenas relacionadas con la vida de Cristo. En su interior, destaca el pilar central que se despliega a modo de palmera sosteniendo el edificio, con una cavidad en su parte superior, inaccesible, al que siempre se le dio un valor mágico, oculto…la última parte de la nave, contiene una serie de columnas que sostienen arcos de herradura, y sobre estos, una especie de templete, lo que algunos atribuyen a culto islámico.
Posteriormente hicimos un recorrido rápido por Berlanga, flanqueada por su castillo y su enorme colegiata, tierra de conquistas y reconquistas, su plaza mayor porticada, la casa natal de Fray Tomás de Berlanga y el palacio Ducal… donde la huella del Medievo sigue viva.
Continuamos ruta hacia Caltojar, para visitar la iglesia románica de San Miguel, construida en el siglo XIII de tres naves y espléndida cabecera, Destaca la originalidad de la portada con arquivoltas en dientes de sierra. Enseguida nos abordó una persona muy maja, ofreciéndose a abrir la iglesia; nos acompañó en la visita junto con su padre, de 85 años, y que se animó a cantar una jota al Pilar en su interior, nos encantó...Aquí, bajo la sombra de un tamarindo, comimos nuestros bocadillos y entonamos alguna canción de nuestra tierra...
Seguimos ruta hacia Rello, villa medieval, completamente amurallada, en lo alto de un risco de piedra caliza. Tiene un rollo o picota de hierro.
Y terminamos en el Yacimiento arqueológico de Tiermes, conocido también como la Petra Española, poblada en el neolítico hasta el siglo XVI; pero su etapa dorada fue durante la etapa celtibérica y su posterior ocupación romana; con una extensión de 25 hectáreas, sólo se ha excavado el 3%. Aún asi, pudimos ver restos del foro romano, las termas, la muralla, el acueducto que captaba aguas del río Pedro, y que hoy, se puede caminar por su interior…De su etapa medieval, podemos ver la ermita porticada de Santa María de Tiermes. Este yacimiento, no deja a nadie indiferente…
Al día siguiente, antes de nuestra partida, aprovechamos para visitar San Esteban de Gormaz, a orillas del gran Duero, con el puente de los 16 ojos que lo cruza, frontera natural durante la Reconquista, la Extremadura Castellana. Por el Arco de la Villa se accede al interior del recinto amurallado y nos conduce a la pequeña plaza mayor con un conjunto de edificaciones porticadas. Siguiendo la calle mayor con casas blasonadas. Llegamos a la iglesia dce Nuestra Señora de Rivero, templo románico porticado y continuando la visita, llegamos a la Iglesia de San Miguel, pequeño templo románico, el primero en lucir galería porticada, tal y como lo atestigua el canecillo del monje, en el que se lee: con
El regreso a nuestras casas, lo hicimos con parada en Palencia. Una excursión llena de arte, naturaleza, historia, y sobre todo, una estupenda convivencia…Nuestro agradecimiento a Covadonga que nos introdujo en la evolución geológica, a Vivi nuestra profesora de arte, a María Aurora la mejor administradora, y a todos los conductores que lo hicieron posible… ¡Un placer!
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Castillo de Gormaz | Ermita de San Miguel | San Baudelio de Berlanga: palmera |
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San Baudelio: columnas y pinturas | Colegiata de Berlanga | Caltojar |
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Murallas de Rello | Yacimiento arqueológico de Tiermes | San Esteban de Gormaz |
Al día siguiente, nos dirigimos en nuestros coches hacia Calatañazor. Aquí, en sus llanos, se encuentra la reserva natural del Sabiñánigo de Calatañazor declarada en el año 2000. Se trata de uno de los bosques de sabinas mejor conservados del planeta. Contiene una de las escasas masas de sabinas albares (Juniperus thurifera) de porte arbóreo y gran altura, algunos milenarios. Ocupa una extensión de 30 hectáreas, de las que 22, son de bosque sabinar
La sabina albar, es un árbol resinoso, de hoja perenne, que suele tener poca envergadura; las hojas son pequeñas y muy imbricadas entre sí. Florece en primavera y su fruto madura en otoño-invierno pasando del color verde al pardo azulado. Es una especie considerada una reliquia del Terciario. Su madera es sumamente dura y resistente, y al quemarse desprende un olor que recuerda al incienso. Las sabinas de Calatañazor destacan por su tamaño, hasta los 20 m de altura y 8 m de diámetro troncal. Esto se debe, a que se encuentra que un espacio que ha sido aprovechado como dehesa (espacio de pastoreo para el ganado), lo que ha impedido la entrada de matorral y de otras especies forestales y la fertilización del terreno, y además, que se encuentra a pie de ladera en el fondo de un valle con suelos profundos.
Iniciamos el paseo, a través de un sendero fácil, pegados al río Abión, de aguas cristalinas, con pozas trasparentes donde vimos varias truchas. Las sabinas, algunas viejas, con gruesos troncos y retorcidas raíces, nos escoltan durante todo el recorrido.Y muy pronto, llegamos al Monumento Natural de La Fuentona de Muriel, conocido como Los Ojos de la Fuentona. Se trata del drenaje natural del acuífero de la Sierra de Cabrejas el cual está constituido por rocas kársticas en las que el agua, a lo largo de los años, ha creado infinidad de grutas y cavernas. Resulta un lugar que impresiona al verlo: una laguna verde-turquesa, franqueada por enormes formaciones rocosas de origen calizo, escondida entre el bosque de sabinas.
Posteriormente visitamos una cascada muy próxima al lugar, a través de un camino entre viejas sabinas y que solo tiene agua en épocas de lluvia, pero que merece mucho la pena el recorrido.
Por último, visitamos el pueblo de Calatañazor, villa de intensa historia fronteriza. Sus empinadas calles de trazado medieval y sus humildes casas fabricadas con entramado de madera de sabina, encestado de ramas con barro, adobe o en el mejor caso de ladrillo, configuran el aspecto medieval
La tarde se la dedicamos al El Burgo de Osma, ciudad y villa declarada Conjunto Histórico desde 1993. Hunde sus raíces históricas en la celtíbera y después romanizada ciudad de Uxama Argaela. Por estas tierras discurre la Vía romana que unía Astorga con Zaragoza; otra secundaria permitía la comunicación con la ciudad de Tiermes. Bien conducidos por nuestra guía Ana, hicimos un recorrido interesante.
Los ríos Abión y Ucero riegan la villa y las tierras donde se asentó la primigenia ciudad de Osma, Sede episcopal mencionada ya a finales del siglo VI. Esta antigua y monumental ciudad episcopal conserva un interesante recinto fortificado y una imponente Catedral de Nuestra Señora de la Asuncion.Es el monumento más significativo de la villa. Fue en origen románica para rehacerse en estilo gótico a partir del siglo XIII; de este momento es también el claustro. La época renacentista dejó interesantes modificaciones en la fachada y el interior; y el Barroco una impresionante torre.
Una hermosa calle Mayor porticada funciona como eje vertebrador de la villa; aquí exponían a la venta sus productos los agricultores y artesanos locales. El Palacio episcopal destaca entre los edificios notables de la calle. En la plaza Mayor se enfrentan el Ayuntamiento y el antiguo Hospital de San Agustín
El Patrimonio monumental es amplio, y entre otros destaca, la antigua Universidad de Santa Catalina, donde se impartían estudios de filosofía, medicina, derecho y teología, edificio renacentista hoy reconvertido en hotel-balneario.
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Iniciando el paseo junto al río Abión | La Fuentona y las sabinas | Raices |
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La cascada sin agua | Calatañazor | La ciudad amurallada de Burgo de Osma |
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La torre y catedral | El ayuntamiento en la plaza mayor | La antigua Universidad de Santa Catalina |
El Parque Natural del Cañón del Río Lobos es un espacio natural protegido de Castilla y León. Abarca una superficie de más de 10.000 hectáreas, de las cuales aproximadamente un tercio corresponden al sudeste de la provincia de Burgos y dos tercios al noroeste de la provincia de Soria.
Nos encontramos en Ucero sobre las 14 horas y allí compartimos nuestros bocadillos. Con nubes y claros y alguna descarga corta de lluvia, nos dirigimos a la parte baja del cañón y la más espectacular.
Antes de iniciar el recorrido, Covadonga nos informó que el origen de los materiales que lo conforman son del jurásico y cretácico, es decir, de hace aproximadamente entre unos 200 a 100 millones de años, que se elevaron y deformaron en el plegamiento alpino posterior, originando pliegues y estructuras importantes. Morfológicamente se trata de un profundo tajo excavado en las calizas por el río, dejando enormes paredes de varios metros de altura originado por el desgaste del propio río y por la disolución de la roca por el agua. De resultas de todo ello, aparecen zonas cóncavas, llamada también lermas, de distinto colorido en función de la composición de la roca. El acuífero kárstico del cañón está formado por calizas del cretácico que se apoyan sobre una base impermeable de margas.
Respecto a la vegetación, distintos tipos la componen: sabinares, pinos, encinas… y en el matorral, enebros, tomillo, salvia… En la ribera: chopos, sauces álamos…
El paseo es circular;a la ida fuimos por la pista forestal y después de un kilómetro aproximadamente, llegamos a la explanada de la ermita en un paraje espectacular que hace de ello un lugar mágico…
La ermita de San Bartolomé, está situada sobre una elevación rocosa y en un meandro del río Lobos, con unas pozas llenas de nenúfares. Se trata de una construcción románica tardía, rodeada de unos altos farallones de piedra gris y anaranjada. Viví nos hizo una introducción de la obra dentro de un momento histórico, donde el movimiento originado por el Camino de Santiago, nos hizo tantas aportaciones…Destaca por su colección de canecillos con enigmáticas figuras labradas en la piedra, y su notable rosetón con estrella de cinco puntas, hoy adoptado como logotipo del parque natural.
Posteriormente, después de cruzar el rio, nos acercamos a una gran oquedad en la piedra caliza denominada Cueva Grande, que alberga en su interior muestras de arte rupestre. Continuamos caminando unos metros por una senda al lado del río donde pudimos ver decenas de buitres leonados en la roca y algunos otros sobrevolando el cañón, además de algún alimoche…Mas adelante, sobre una repisa de la pared, observamos unas viejas colmenas, conocidas como el Colmenar de los Frailes.
El regreso lo hicimos por el mismo lugar hasta la ermita y luego, por la senda del río.
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Iniciando el paseo | Farallones | Caminando |
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La ermita de San Bartolomé | Las chicas | Disfrutando del paseo |
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Cueva Grande | El colmenar de los Frailes | De regreso |
El Jardín Botánico Atlántico de Gijón, fue inaugurado en 2003, con la idea de conocer y conservar la vegetación del Atlántico Norte.
Tiene una extensión de 25 hectáreas, y a su planificación, se incorporaron otras ya existentes en la zona adyacente: la Aliseda del río Peñafrancia, y la Carbayera de El Tragamón. Además cuenta con una casería tradicional (La Quintana de Rionda), un pabellón para exposiciones, y un área infantil.
Realizamos una visita guiada, y fuimos conociendo las distintas áreas:
Además, el Jardín Botánico Atlántico, cuenta con un banco de germoplasma, para la conservación de semillas de especies prioritarias para su conservación y un herbario, para el conocimiento de la flora ibérica.
Parte de sus recursos, están dedicados a la investigación y colaboración con diferentes instituciones científicas.
Acabamos haciendo una merienda-cena como cierre.
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La Factoría Vegetal | Los plátanos | La camelia |
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El robledal | Ejemplar de 500 años | Siguiendo las explicaciones |
Nos reunimos en San Andrés de Trubia y desde allí, carretera arriba con pronunciada pendiente y buenas curvas hasta Castañeo del Monte; una vez atravesado el pueblo, continuamos hacia Linares, dando ya vistas a la Sierra del Aramo. Siguiendo la carretera, dejamos a nuestra izquierda el alto de La Cruz y unos metros adelante, encontramos una pista a la derecha y, aquí seguimos hasta el primer rellano para dejar los coches.
La vista es sorprendente: a la izquierda, la sierra del Aramo, Peñaforcada, el valle de Proaza, con una neblina tapizándola… a la derecha, menos nítido, el valle hacia Grao. Aquí hicimos nuestra primera foto de grupo, antes de comenzar el paseo.
La pista ancha, hormigonada recientemente en las partes mas pendientes, es fácil y vas disfrutando durante todo el recorrido de vistas impresionantes. Enseguida llegamos a las brañas de San Bartuelu, con alguna cabaña de piedra y caballos, sobre todo.
Continuamos recorrido, mientras íbamos reconociendo el desfiladero Les Xanes, Villamejín… y llegamos al alto donde encontramos la portilla El Guamón; aquí aprovechamos para hacer un alto en el camino con restos de una quema reciente, que entristecían el paisaje. Iniciamos un pequeño descenso, siguiendo siempre la pista, y llegamos al collado Canto la Flecha. Segunda foto del grupo antes de bajar al valle hacia Cuevallagar; en las inmediaciones, hay un chozo antiguo de piedra y desde aquí, iniciamos el ascenso hacia el Pico de La Loral; Aquí el camino es mas irregular pero sin pérdida; pasamos por la fuente de Llaneces y seguimos hasta la collada de la Cadavina; donde nos desviamos a la derecha para hacer el ascenso hasta la cima, suave y por pradería. A medida que vamos cogiendo altura, damos vista hacia Yernes y Tameza, Tineo… Y sin enterarnos, llegamos a la cima de La Loral, donde hay un buzón de cumbre y el punto geodésico roto por un rayo hace tiempo.La vista es de 360 grados; aunque la bruma no nos permitió ver el mar, la panorámica es impresionante. En este lugar comimos nuestros bocadillos maravillados…
El descenso por el mismo lugar, con mucho calor, y acabamos el día con unas cervezas bien frías en Trubia que disfrutamos muchísimo.
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El paisaje | El grupo | El inicio |
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Canto la Flecha | Cuevallagar | Hacia la cima |
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Pico Loral | Bajando | Volviendo al coche |
Teniendo en cuenta las previsiones metereológicas, cambiamos la planificación. Como la lluvia estaba prevista por la mañana, como así fue, decidimos acercarnos a Gijón al Museo del Pueblo de Asturias.
Ubicado en una zona de marisma próximo a la desembocadura del Piles, está conformado por varios edificios. Iniciamos la visita por el Pabellón que representó a Asturias en la Exposición Universal de 1992, que tuvo lugar en Sevilla, y donde se encuentra la recepción ; en este mismo lugar, aprovechamos para hacernos una foto de grupo con Pinón y Telva. Aquí se muestran exposiciones temporales, que correspondían a: Los asturianos en la cocina, y vida doméstica en Asturias durante los años 1800-1965.
Posteriormente, dentro del recinto donde hay varios edificios, continuamos el recorrido por los pabellones de aperos agrícolas y medios de transporte de diferentes épocas. También nos acercamos a la casa de campesinos, con cuadra y tenada; hay tres hórreos y dos paneras, alguna con decoración muy vistosa, propia de una zona del centro de Asturias. Nos hicimos una foto delante de un hórreo, donde uno de los truébanos, lo había hecho y donado Amancio, el padre de nuestra amiga Aurora.
La casa de los Valdés, casa hidalga de Candás, reformada y ampliada, alberga la fototeca de Asturias con más de un millón de imágenes; tuvimos ocasión de contemplar una exposición temporal de tarjetas postales, clasificadas por gremios o temas, que nos encantó.
Y por último, visitamos el museo de La Gaita: más de 200 piezas de todo el mundo, además de una sección dedicada exclusivamente a la gaita asturiana e instrumentos musicales populares asturianos, ¡una joya!
Cuando nos dimos cuenta, había pasado la mañana y comimos unas buenas tapas que nos prestaron muchísimo. La tarde, con un fuerte nordeste, fue abriendo claros y aprovechamos para dar un paseo atravesando el parque de Isabel la Católica, recorrimos el muro, subimos al elogio del horizonte, volvimos por el puerto deportivo y retornamos a recoger nuestros coches al aparcamiento del Molinón.
Alguno de nosotros, acabamos escuchando la quinta de Bethoven interpretada por la Ospa, en el Auditorio de Pola de Siero. Muy completo...
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Con Pinón y Telva | Carteles | Propaganda |
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Postales | En el hórreo | San Pedro |
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La playa | En el Elogio del Horizonte | Lo más fotografiado de Gijón |
Nos reunimos en Castañera (Sariego) en casa de Victoria y Pipa; aquí dejamos nuestros coches y comenzamos a andar. El camino amplio, de pendiente suave nos condujo a Miyares, donde hicimos nuestra primera foto de grupo, aprovechando el colorido de las mimosas al fondo. Según nos informa el letrero que dispuso el Ayuntamiento de Sariego, el nombre probablemente le viene del cultivo del mijo (nos sorprende, porque desconocíamos que este cereal fuese cultivado por estas tierras); el lugar, ya aparece registrado por primera vez, en el año 1133 en documentos del Monasterio de San Vicente de Oviedo. Da la impresión de un pueblo habitado y cuidado con dedicación al campo y a la ganadería.
Continuamos el ascenso, y durante unos 2,5 km, el piso está hormigonado; a medida que tomamos altura, observamos el pueblo de Miyares, rodeado de extensos y cuidados pastizales, sin nada que desentone, y lamentando que el día esté nublado, impidiendo saborear las vistas que en otras condiciones tendríamos. LLegamos a la carretera AS-331 y a los pocos metros, en al Alto de Fumarea, tomamos una desviación a la izquierda.
Cresteando damos vistas a la derecha al Valle de Peón, sin poder llegar a ver el mar, y a la izquierda, a la Vega de Sariego; el recorrido se hace por carretera, llaneando hasta las antenas. Aquí a la derecha, quedaría la Peña de los Cuatro Jueces; nosotros tomamos el camino a la izda hacia el Área recreativa Loma de Siero, alcanzando el Picu Fariu enseguida. El tiempo continuó con algún claro, pero poca visibilidad, impidiéndonos disfrutar de todas las posibilidades visuales, pero... volveremosen otra ocasión!
En el alto, pudimos comprobar, solo de manera parcial, todo su potencial; como habíamos comentado anteriormente, la visibilidad no era la mejor y el viento, nos aconsejó retornar al área recreativa de La Loma, para comer. El regreso, lo hicimos por otro camino que nos condujo al mirador que hay sobre la vega; por este sendero, ancho, precioso, protegidos por la peña, fuimos dando vistas a la cara norte de Peña Careses, totalmente diferente a la imagen mas conocida de su cara sur: el perfil bilobulado, con praderías, verde, suave, nada tiene que ver a la vista conocida rocosa y cortante de la parte opuesta.
Y llegamos a La Rimá, cuyo topónimo se explicaría al estar "arrimada" a la peña. Aquí cogimos un sendero, después de caminar unos metros por carretera, precioso, y que parte del mismo, conocíamos de nuestra excursión a Peña Careses. Y de nuevo en Castañera, pasamos al lado de la cantera, ahora cerrada y que pensamos sería buena idea, tratar de sacarle provecho (nos acordamos de la visita a las canteras de S´Hostal en Menorca, donde aprovechando su acústica, hacen conciertos)
Y terminamos el día con la acogedora compañia de nuestras anfitrionas, Victoria y Pipa, visitando su huerta y disfrutando de su gastronomía. Desde aquí queremos agradecérselo, y manifestando nuestro propósito de volver a repetir la excursión con un día con mayor visibilidad para sacarle todo su jugo...
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Iniciando ruta | El grupo con perra incluida | Miyares al fondo |
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Cresteando | LLegando al alto del Picu Fariu | Desde el mirador |
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El descenso con Peña Careses | Camino de Castañera | La cantera |
Les Payariegues organizaron una salida al Brañillín; estudiando con anticipación las previsiones metereológicas, nos citaron esta mañana en la estación. Sobre el mediodía nos dimos cita y estrenamos el nuevo telecabina. Desde allí, empezamos a disfrutar del paisaje: la nieve perfila perfectamente la altitud y dejamos atrás el valle.
Una vez arriba, hicimos la foto de grupo dando vistas a Las Ubiñas, espectaculares, con una pequeña nube envolviendo las cumbres. El día precioso, frío, con un manto de nieve reciente de esta misma noche, tapizando la anterior, el sol alumbrándonos... ¡un espectáculo!
Algunos de nosotros hicimos nuestra primera excursión en raquetas, que nos resultó mucho mas fácil de lo que esperábamos, permiténdonos el traslado sobre la nieve, helada o en polvo, sin ninguna dificultad; El recorrido por cumbre maravilloso, nada menos que con la silueta de las Tres Marías de compañía.
Otros, los habituales, aprovecharon para hacer alguna bajada en esquís; el resto, directamente al aperitivo... Nos reunimos todos para comer los callos y algo más...
Los de las raquetas bajaron a pie; otros en los remontes; esquiando el resto... y acabamos en casa de Tere y Pepe en Pajares, con el café y los bartolos que Carmen Valbuena nos trajo para celebrar su flamante jubilación. Muchísimas gracias a nuestros Payariegos por este día que nos proporcionaron tan estupendo: Carmen Bernabé, Tere González de Lena y Pepe
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Las Ubiñas | El grupo | Las Tres Marías |
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El paisaje | El paseo con raquetas | La comida |
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El descenso | Espectacular: el sol y las pistas | Atardecer en Pajares |
A pesar del frío que nos acompaña estos días, nos decidimos a dar un paseo por la senda del oso; quedamos a las 11 en Caranga de Abajo y allí dejamos los coches. Nada mas empezar, nos hicimos la foto de grupo, tomando como fondo, el valle que conduce a Teverga y nos encaminamos, senda arriba, hacia el Valle de Quirós. A penas nos cruzamos con gente, y la nieve la teníamos en las cumbres, bastante cerca.
Pasamos la zona de Peñasjuntas, atravesando algún túnel, y el cielo trataba de abrirse claros. Bien abrigados, fuimos entretenidos hablando y enseguida llegamos a la única pendiente que presenta el recorrido, para acceder al embalse, con el río abajo, a nuestra derecha. En el área recreativa situada junto al embalse de Valdemurio, tomamos nuestro tentempié.
Despés, cruzamos el embalse, para continuar por la senda, desde donde teníamos unas vistas de las peñas con la nieve reflejándose en las aguas, precioso. Despuésde un pequeño recorrido, cruzamos el río, y volvimos al área recreativa por el lado opuesto.
A medida que el día avanzaba, el cielo quedó azul y el sol nos acompañó en el regreso hacia los coches. ¡Terminamos en La Pontiga con un buen pote!
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El grupo | Iniciando ruta por la senda | Peñasjuntas |
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El río | El embalse | El área recreativa |
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El recorrido | La nieve en la peña reflejada | Dándole al pote |
Iniciamos la ruta desde el aparcamiento donde dejamos los coches, en el campo de futbol de Pola de Siero; cruzamos la carretera que conduce a Valdesoto y tomamos una desviación hacia la ruta; el recorrido trascurre paralelo a la carretera al inicio, y enseguida llegamos al puente del Romanón; se trata de un puente de piedra sobre el río Nora, de época medieval, de tres ojos, precioso, grande (con algún destrozo después de la última riada).
La ruta fácil, ancha, con firme de asfalto y, dado que los árboles están sin hojas, vimos un nido grande de velutina (avispa asiática) al poco de empezar. Nos llamó la atención un par de letreros prohibiendo el paso hacia la propiedad de una de las fincas…
Cruzamos la autopista y tomamos un camino de tierra, precioso, sembrado se hojas, ligeramente ascendente y dando vistas a nuestra izquierda, hacia Peña Careses y Picu Fariu. Unos metros después dejamos a nuestra derecha el camino que conduce a Santolaya y cuando iniciamos un ligero descenso, visitamos a nuestra izquierda la fuente del Avellano. El camino precioso, rodeado de vegetación, con suelo de tierra con los marrones y ocres de la vegetación otoñal; A nuestra derecha, damos vistas al pueblo de Santolaya y a Peñamayor al fondo.
En lugar de continuar hacia Lieres, cruzamos el río, y seguimos de vuelta por la otra margen, con el ruido de la autopista cercana… Sigue resultando un paseo precioso, fácil, y tranquilo (encontramos poquísima gente). A partir de aquí, la senda pasa de un lado y al otro del río, mediante varios puentes, con bancos y alguna seta por la orilla… Llegamos a un cruce de caminos, continuando de frente, hasta llegar de nuevo al puente Romanón.
Nos reuimos en Pola de Siero y fuimos a comer a Casa Mori en La Collada, por la carretera antigua de Pola a Gijón, donde nuestros amigos Mayú y César habían reservado (se lo agradecemos); las vistas impresionantes hacia los Picos de Europa, Peñamayor, El Aramo…
¡Y así nos despedimos del año que termina!
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Puente del Romanón | El inicio | La ruta |
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Peña Careses | Donde la fuente del Avellano | el retorno |
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Los puentes | El último tramo | La despedida |
Con un día estupendo, nos reunimos en el aparcamiento del Faro de San Juan o Faro de Avilés., situado en la punta del Castillo. Desde este lugar, podemos ver la desembocadura de la Ría de Avilés, las playas de San Juan y de Salinas, y al fondo, el Cabo Peñas y la Isla Deva.
Iniciamos ruta por el acantilado, y lo primero que vemos, es un entrante del mar, estrecho, con paredes verticales y muy altas, y que se denomina Covallonga. Continuando el camino, llegamos a Punta La Forcada, con un panorama del recorte de la costa, maravilloso. Durante el recorrido, vemos restos militares de la guerra civil.
El sendero se estrecha, por la parte mas próxima al acantilado, con bufones que percibimos por los silbidos de la mar a través de sus orificios. Y al fondo vemos la playa de Xagó y el pueblo encima.
Debemos alejarnos del mar y hacia la derecha por pista, llegamos al pueblo de Nieva, en la parte mas alta; luego descendemos por la carretera, junto a la ermita de San Juan, y algo mas adelante, bajamos a la playa por un sendero muy empinado y sombrío.
La playa de Xagó de unos dos kilómetros, forma parte del espacio protegido de la costa central, limitada por los altos acantilados; presenta un conjunto dunar de mas de 350.000 metros cuadrados de superficie y que es de los mejres conservados de Asturias.
El arenal disminuyó y deja a la vista muchísima piedra, que en otro momento, volverá a ocupar el sitio que le corresponde. Al final de la misma, comimos nuestros bocadillos; la vuelta la hicimos a través de los pasillos habilitados entre las dunas. ¡Una buena jornada!
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Covallonga | El grupo | el acanlilado |
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La costa | El recorrido | Xagó |
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La playa | Con el sol de frente | La vuelta |
Con un día precioso, nos acercamos al bosque de Montegrande, a unos 9 kilómetros de Teverga camino del puerto Ventana. Ya fuimos en varias ocasiones, pero siempre que tenemos ocasión, volvemos. Dejamos el coche en el aparcamiento, dando vistas al valle de Teverga.
A través de una pista que se abrió para unas antiguas bocaminas de carbón, prácticamente llana, iniciamos nuestro paseo; el primer tramo tiene una senda accesible para personas con minusvalías. El otoño aún está atrasado, y las hojas se mantienen la mayoría en los árboles. Únicamente, en los más expuestos al sol, comienzan a teñirse de amarillos, marrones y ocres…. El bosque, fundamentalmente de hayas cubiertas por líquenes, es la tercera masa forestal de Asturias.
Después de unos 3,5 km, bajamos al río Fundil o La Verde para cruzarlo. Y tomamos el sendero de la derecha, hacia las brañas de Las Navariegas (a la izquierda, dejamos el que conduce a la cascada del Xiblu) este tramo es estrecho, pero bien delimitado, y vamos dando vistas a nuestra derecha, al parque de Las Ubiñas-La Mesa. Y llegamos a un punto, que dejamos la desviación hacia Las Navariegas, y nosotros continuamos de frente hacia La Foceicha; a partir de este cruce, el camino se ensancha, con paredes de piedray musgo enmarcándolo, precioso.
A medida que avanzamos, vamos dando vistas a La Vil.la de Su (Villa de Sub), pequeño pueblo suspendido en la ladera de la montaña, en frente. Llegamos al pueblo de La Foceicha, y nos sorprendió la mejora que logró en poco tiempo; la mayoría de las casas, cerradas y muchas de ellas, dedicadas al turismo rural. Aquí aprovechamos para sacar mantel, y comer nuestros bocadillos en una mesa dispuesta para ello…
Retornamos por el mismo camino, y disfrutamos de un día estupendo, como siempre…
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Valle de Teverga | El inicio | Las hayas |
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La pista | En el puente sobre El Fundil | El recorrido |
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El bosque | Las chicas | Llegando a La Foceicha |
Nos encontramos en el aparcamiento del museo de las Ayalgas de Silviella. Desde aquí, fuimos caminado hasta la entrada de la central, donde teníamos concertada una visita. La central hidráulica de Miranda está situada en el concejo de Belmonte de Miranda junto al cauce del río Pigüeña; entró en funcionamiento en 1962 y cuenta con cuatro grupos generadores verticales con turbinas tipo Pelton, con una velocidad de 500 r.p.m. y 18,3 Mw de potencia bruta unitaria. Están acopladas a alternadores con una potencia de 20.250 KVA cada una y una tensión de generación de 11 KV. El caudal por grupo es de 5 metros cúbicos por segundo.
La central está dentro de la montaña (tipo caverna) situada al pie de una ladera de fuerte pendiente, y la entrada está flanqueada por dos chimeneas de ventilación en las que Vaquero Palacios talló sendos bajorrelieves con cantos rodados, que simbolizan el calor y la luz (Prometeo) y la fuerza y el movimiento (Atlas). Con nuestro guía Gonzalo, iniciamos el recorrido de esta central subterránea ubicada a una profundidad de 385 metros, organizada en cinco niveles.
Iniciamos la visita en la primera planta, donde el artista consigue perfectamente, mitigar la sensación de estar bajo tierra: colores vivos en la diferente maquinaria, paramentos revestidos de una chapa metálica y plegada con falsas ventanas iluminadas, un cuadro de colores al fondo que dan sensación de amplitud y de profundidad…Además, dejó ventanales con la roca a la vista, para recordar donde estábamos y, de este modo, apreciar mejor el ambiente conseguido
A continuación visitamos el segundo nivel: la planta de alternadores y por último la tercera, la de turbinas. Aún quedarían otras dos plantas, la de rodetes y la de desagües que no se visitan.
Y finalizamos en la sala de mandos, desde donde se tiene una panorámica de la planta de acceso estupenda. También aquí, vimos un trazado de las canalizaciones subterráneas que alimentan la central: la principal, de las aguas del río Somiedo, que se captan en la salida de la central hidráulica de La Riera (en El Covacho) mediante unos túneles revestidos de hormigón perforando la montaña, y después de dos kilómetros, recibe las aguas del río Pigüeña, continuando otros 19 kilómetros, recibiendo aporte de algunos arroyos mas; al final, se encuentra la chimenea de equilibrio y la válvula de cabecera que permite regular la presión y el flujo a la tubería forzada, de 950 metros, permitiendo que entre el agua a las turbinas a una gran velocidad… El desagüe se realiza al río Pigüeña, como a 1.500 metros (porque la central está por debajo del lecho del río) parte por tubería subterránea y parte canalizado al aire libre.
Tuvimos el privilegio de poder visitarla, y sobre todo, de contar con Gonzalo, que con una gran capacidad docente y muchísima paciencia, fue desgranando para nosotros el enigma de la electricidad y su generación.
Si tuviera que resaltar algo, diría la obra faraónica que no se ve, es decir, los kilómetros de túneles por el interior de la montaña, aprovechando además el agua que anteriormente se uso en otra central (lo contrario de la Central de Grandas de Salime, en la que el agua está embalsada, y es el recinto que contiene la maquinaria con su imponente mural, lo que impacta) Y en ambas, el resultado magnifico de la tecnología y el arte.
Después de comer, algunos visitaron el museo de las Ayalgas de Silviella, y otros hicieron caminado la ruta que trascurre paralela a la canalización del agua que se utiliza para la refrigeración en la central; y por un camino precioso, paralelo al río, entre castaños centenarios, robles, arándanos y las primeras setas, llegamos hasta la antigua central del Silviella, hoy utilizada como alojamiento rural.
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La entrada | Acceso a la central | Turbina |
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El Grupo | Vista general | Planta de alternadores |
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Sala de mandos | Canalizacion | El paseo |
Nos reunimos en Busto, donde las Escuelas. Fueron fundadas por Eduardo Pérez de la Fanosa, médico militar, que las dotó económicamente para sostenerlas. Su padre había sido anafalbeto y el médico pretendía que en Busto, la gente supiera leer y escribir... Se trata de un edificio de 1901, que forma parte del Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias. El reglamento de las escuelas, fue muy avanzado para la época: se prestaba especial atención a la higiene de sus alumnos y no estaba permitido ningún de castigo corporal.
Dejaron de dar servicio como escuela, a mediados de los años setenta. En la actualidad, y gracias a un grupo de mujeres del pueblo, se puso en marcha una biblioteca que atienden un grupo de cinco voluntarias; cuentan con unos 6.000 volúmenes provenientes de donaciones de particulares, catalogados y con mas de cuatrocientos socios... ¡Todo un ejempo!
Iniciamos la ruta desde estel ugar, se trata de un recorrido circular de unos 7 kilómetros; al poco de empezar a caminar, encontramos un cruce señalizado, que continuamos de frente; enseguida damos vista a los acantilados de Valdés y de diferentes payas. Retrocedimos hasta el cruce, de nuevo, para girar a la izquierda, para adentrarnos entre pinares y bosques de eucaliptos. Las vistas de la costa, con sus impresionantes acantilados y sus playas salvajes, impresionan...
LLegamos a las proximidades del cabo Busto con su faro; durante el recorrido, hay diferentes miradores que nos permiten recrearnos con la vista, y que además el día, nos proporcionó muy buena visibilidad... También hay carteles de pizarra, con frases alusivas y su autor... El recorrido es fácil y precioso. La última parte, la senda se adentra hacia el pueblo de Busto, alejándose de la costa.
Acabamos en el Cabo Vidío tomando nuestros bocadillos, con vistas al mar... Y como la tarde estaba estupenda, la tertulia se prolongó muy agradablemente.
Las escuelas | El inicio | El paisaje |
El Grupo | Los carteles | El recorrido |
Las playas | Los miradores | Los acantilados |
Iniciamos la jornada con un precioso dia, haciendo una pequeña caminata desde Porcia hasta Caboblanco y vuelta; en el área de Porcia y mirando al mar dimos cuenta de unos buenos bocadillos A las 2:30 llegamos a la playa del Anguileiro de Tapia para participar en geolodia 2022.
Alli nos incorporamos a un grupo en donde dos chicos jóvenes que están haciendo su tesis doctoral nos explicaron todo lo relativo a la geología de la zona de una manera muy didáctica, detallada y entretenida, utilizando numerosos y sencillos recursos didácticos. Mediante una larga cuerda con algunos nudos nos situaron en el tiempo geológico en que se depositaron los materiales de arena de cuarzo y limo (400 m. a.) - cuando esta zona se encontraba cercana al polo sur- que más tarde se deformaron y se plegaron (300 m.a.) formando la parte interna de una cordillera (y que en esa zona forma lo que los geólogos denominan antiforme de Tapia y zona de los Cabos) de la que en la actualidad podemos ver estructuras tales como pliegues, fallas, cizallamientos y formaciones subvolcanicas. que nos fueron detallando en diferentes paradas, ante la atenta mirada de numerosos bañistas que no dejaban de observar perplejos la llegada de los numerosos grupos que se formaron. También observamos la plataforma costera y la acción del agua de mar sobre esos materiales - como pequeñas estructuras circulares sobre la superficie de las rocas, denominadas tafoni, originadas por la acción de la sal marina-. Una prolija explicación durante más de dos horas y en un recorrido de unos dos km y medio que nos encantó.
Nos parece una iniciativa estupenda que las facultades de geología organicen este tipo de actividades que nos acerquen a realidades científicas tan cercanas y que nos resultan tan incomprensibles a nuestra mirada profana. En resumen un día estupendo.
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Por la costa de occidente | Los docentes | Sobre el terreno |
El Archivo Histórico de Asturias: distintas etapas
- Desde su creación en 1956 y hasta 1972, tuvo su primera sede en el palacio del Conde de Toreno, donde compartía espacio con el Instituto de Estudios Asturianos, la Biblioteca Pública de Oviedo y el Centro Coordinador de Bibliotecas; su documentación estaba constituida por protocolos notariales y Contadurías de Hipotecas.
- La segunda etapa, desde 1972 a 1999, se traslada al ala oeste del Monasterio de San Pelayo; además, a través de un Convenio establecido entre el principado de Asturias y el Ministerio de Cultura, se trasfiere la gestión del Histórico Provincial a nuestra Comunidad Autónoma, y de este modo, pudieron incorporar nuevos fondos.
- Y, por último, una tercera etapa que comienza en el año 2000 hasta el 2010, fecha en la que el Archivo Histórico se traslada al nuevo emplazamiento, la antigua Prisión Provincial de Oviedo. Se produce en este periodo, un extraordinario incremento de sus fondos documentales, tanto públicos como privados, nobiliarios, empresas… Y todos ellos, a disposición del ciudadano.
El edificio
La antigua Cárcel, donde se ubica actualmente el Archivo, comienza su construcción en 1896 y finaliza en 1905. Tiene una planta panóptica (se refiere a un tipo de arquitectura carcelaria, ideada por Jeremy Bentham a finales del siglo XVIII, para permitir al guardián, desde una torre central, observar a todos los prisioneros, recluidos en celdas individuales, sin que puedan ser observados)
El edificio, rodeado por un perímetro amurallado con cuatro torretas, está compuesto de cinco brazos de tres plantas, a modo de estrella, que salen del cuerpo central coronada de una preciosa cúpula con linterna. Además tiene un edificio anexo de planta rectangular. Se utilizó hormigón armado para su construcción.
En 1992 se trasladan los reclusos a Villabona y el edificio es rehabilitado declarándose Bien de Interés Cultural en 2003.
En la actualidad, cuenta con unas modernas instalaciones y con más de 65 kilómetros de estanterías para sus archivos.
Se han conservado cuatro celdas, como testigo de la vida carcelaria, que sufrió trasformaciones en función del número y tipo de reclusos.
Queremos agradecer desde esta página, a nuestro experto y entusiasta guía Ángel Argüelles, que nos acompañó durante la visita, todo un lujo…
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Archivo Histórico de Asturias | Cuerpo central | Celda compartida en la postguerra |
Nos reunimos en el mismo museo de Las Ayalgas de Silviella. Se ubica en una nave restaurada, que anteriormente había servido como almacén y taller de Hidroeléctrica del Cantábrico, para la construcción de la Central Hidroeléctrica de Miranda en Las Lleras a finales de los años 50; pero previamente, los talleres, habían sido utilizados en la construcción del salto de Grandas de Salime. Fue restaurado en 2018 respetando el diseño original y sus 2000 metros cuadrados albergan, además del museo propiamente dicho, el taller de restauración y la cafetería.
La colección alberga de todo: vehículos y automoción, fragua, paritorios, artilugios de tortura, maquinaria agrícola, útiles de pesca, instrumental sanitario, relojes, pesas y medidas, coches fúnebres, un piano precioso, relojes, fabricación de gaseosas y sifones…Cada una de las piezas expuestas, han sido restauradas para dejarlas en buen uso y funcionando. Nos llamó además la atención, las muestras fotográficas que se exponen en las diferentes secciones, así como, los audiovisuales explicativos de las diferentes máquinas en funcionamiento. Contamos además con el apoyo de Diego, el interlocutor que nos aportó explicaciones sobre algunos de los objetos expuestos, entusiasta y buen conocedor de la exposición. Un museo que, a nuestro entender, bien merece una visita.
Posteriormente nos dirigimos hacia la Central Hidroeléctrica de Miranda, situada a poca distancia del museo, entre Selviella y Fontoria en el concejo de Belmonte de Miranda. Construida por Hidroeléctrica del Cantábrico entre 1956 y 1962, está situada al pie de una ladera muy pendiente, excavada en la roca, pero aún así, tiene cinco niveles. Aprovecha las aguas de los ríos Somiedo y Pigüeña.
Desde el exterior, llama la atención dos bloques de hormigón a ambos lados de la entrada a la central, de 13 metros de altura que sirven como chimeneas de ventilación, y en los que Vaquero Palacios, su autor, dejó unos bajorrelieves que reproducen a Prometeo (representando el calor y la luz) y a Atlas (la fuerza y el movimiento). Un árbol impide la visión completa, una pena…
En su interior, el mismo artista, parece ser que consigue con la utilización de la iluminación artificial y el color, un cálido ambiente de trabajo, dentro de la cueva…
Y desde este lugar, cogimos la senda que, paralela al río Pigüeña y su canalización, conduce hasta Belmonte de Miranda. Se trata de un camino entre arbolado, con castaños centenarios y restos de corras, robles, abedules, muchos arándanos y variadas flores silvestres, que nos proporcionaron la sombra necesaria para el día tan caluroso
Una excursión muy completa
Museo Las Ayalgas de Silviella | La nave | Rover 10 sedan |
Pisón para la escanda | Piano Jhon Broadwood Sons | Central Hidroeléctrica de Miranda |
Iniciando ruta | Con los castaños centenarios | Río Pigüeña |
Quedamos en la playa de Verdicio para dejar uno de los coches y fuimos al aparcamiento del Cabo Peñas. Aquí iniciamos la ruta con algo de bruma que desdibujaba la nitidez de los contornos paisajísticos pero con una temperatura muy buena. Antes de iniciar ruta, echamos una ojeada hacia la costa este con la Isla de la Tortuga.
Este espacio protegido, presenta espectaculares acantilados, islotes y playas salvajes de difícil acceso, que permiten mantener un corredor migratorio importante para las aves, que se calcula, puede llegar a superar el millón de aves cada otoño…
Una vez en ruta, lo primero que vemos es la Peña y la Isla de La Gaviera, donde aprovechamos para hacernos la primera foto y más adelante, en el trayecto, la sirena del faro, una rara estructura con altavoces…
Una vez bordeado el faro, un sendero fácil nos conduce a una zona de abruptos acantilados y la playa del Sabín con su pequeño islote Agudo de Sabín. Según avanzamos vamos distinguiendo la Isla Erbosa y el pequeño islote El Bravo.
Continuamos disfrutando del recorrido por la rasa costera, con extensa vegetación arbustiva baja, ondulada, que se continuaba con el mar, hasta llegar a un antiguo edificio de telefónica, que bordeamos, por un pequeño sendero muy cerca del acantilado.
Llegados a este punto, nos alejamos momentáneamente de la costa, y tomamos la dirección hacia Ferrero por un paraje verde; a medida que el día avanzaba, la bruma iba desapareciendo y el calor aumentando. Encontramos algún grupo de caminantes son niños disfrutándolo tanto como nosotros… En la parte baja del pueblo, hay un área recreativa en una buena atalaya.
Dejando atrás el pueblo, nos encontramos un tramo de rasa costera de nuevo, con impresionantes acantilados e islotes diseminados; la primavera está en plena ebullición, y enseguida damos vista a la inmensa planicie que precede a la playa de Verdicio.
Y en la playa comimos nuestros bocadillos después de una preciosa excursión
Isla Tortuga | Las chicas | Playa e Islote de Sabín |
Isla Erbosa | Vegetacion arbustiva | El recorrido |
Hacia Ferrero | La planicie | La Playa de Verdicio |
Llegamos a Veranes a la hora acordada. Raquel, nuestra guía, nos hizo una breve presentación en el exterior aprovechando el buen día. Nada mas entrar en el edificio de recepción, tuvimos ocasión de ver un pequeño documental que nos introdujo de lleno en la Villa romana de Veranes y su entorno y que trataré de resumir a continuación.
En época romana, el tramo de la ruta de la Plata que unía la meseta con la costa asturiana, penetraba por la zona de Lugo de Llanera, donde tomaba dos direcciones: una hacia occidente y la otra hacia Gijón, y supuso un cambio muy importante para los astures; se abrieron numerosas vías de comunicación, se crearon las primeras civitas con un control administrativo y fiscal. Se iniciaron las explortaciones de oro por las cuencas de Navia y Narcea, se crearon pequeñas granjas, hubo un desarrollo agrícola... y a través de Gijón, se iniciaron rutas marítimas ..
El yacimiento mas antiguo romano en Gijón está en La Campa Torres, fundada sobre un antiguo castro; y a partir del siglo I se crea un nuevo centro de poder en el actual cerro de Santa Catalina y Cimadevilla. La Villa de Veranes se cree que fue creada en la segunda mitad del siglo I, obedeciendo a una reordenación territorial impulsada dsde Roma desde la civitas de Gijón.
En el entorno de Gijón, proliferan numerosos nucleos rurales por el Natahoyo, Veriña, Jove, Pumarín... Y también por el entorno del eje viario de la ruta de la Plata, como el caso que nos ocupa.
Como toda villa romana, La Villa romana de Veranes. se trata de una explotación agropecuaria en la que se compaginaba la residencia familiar (pars urbana) con la explotación laboral (fundus). La villa fue sufriendo distintas transformaciones desde su inicio sobre los años 284 d. C. Primero se construye una gran aula absidiada (triclinium), una piscina de agua fría (frigidarium) y tres espacios calefactados (caldarium); el horreum o granero y la cocina (culina) con su horno.
Posteriormente, sobre la primera mitad del siglo IV, se reestructuran las terrazas inferiores construyendo una galería con una puerta de acceso, un patio distribuidor que separaba la parte de servicios de la parte noble de la villa (dominus). Y al final de este mismo siglo IV d.C. se erige un gran espacio de representación del que se conservan parte de sus mosaicos, y que estaba comunicado por una escalinata dándolo un aspecto solemne...
La alimentación se basaba en productos de origen mediterráneo, aunque cada región obtenía productos de la zona. Las escavaciones realizadas proporcionaron diversos útiles relacionados con la vida del hogar, los juegos, adornos, instrumentos de caza y herramientas de uso ganadero y agrícola. Incluso monedas y restos procedentes de otras regiones del mundo romano, lo que da cuenta del vivo comercio que se mantenía en aquella época.
La Villa de Veranes. estuvo en pleno funcionamiento, por lo menos, hasta mitad o finales del siglo V. En la Edad Media, la primitiva Iglesia, aprovecha parte de sus instalaciones (triclinium) y tienen lugar enterramientos que la convierten en una necrópolis excepcional medieval cristiana por su excelente estado de conservación.
Finalizada la visita guiada con Raquel, y aprovechando el día estupendo que teníamos, nos acercamos a La Providencia para comer nuestros bocadillos, resguardándonos del fuerte nordeste. Finalizamos la jornada, con un paseo desde El Molinón hasta Deva, precioso.
La recreación del espacio de representación | El granero (horreum) | Mosaico |
Espacios calefactados (caldarium) | Por Viesques | El río |
Los Maizales | La Laboral | Deva |